Cinco de los violentos fueron detenidos por tenencia ilícita de armas Los radicales se habían citado para solventar «diferencias de opinión»
Bates de béisbol, cuchillos, navajas, cadenas metálicas, porras extensibles, bengalas y artilugios para dar descargas eléctricas... Estos eran algunos de los artilugios que integraban el arsenal incautado a un grupo de ultras interceptados por la Policía Local en Valencia justo antes de evitar lo que iba a ser una multitudinaria y sin duda violenta reyerta.
Todo ocurrió hacia la una de la madrugada del pasado domingo, horas después de finalizar en Castellón el partido entre el Villarreal y el Valencia que supuso el fin del sueño de jugar la Liga de Campeones para el conjunto che. Según fuentes del caso, unos 40 miembros del grupo Yomus se habían congregado en la calle Micer Mascó de la capital, a escasos metros del Mestalla, para solucionar a golpes una cuestión de «diferencias de opinión».
Tan sólo la presencia de una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Local que circulaba por la zona impidió el enfrentamiento para el que se habían citado los radicales.
Los agentes observaron cómo estaba policías observaron a los violentos concentrados en la zona, armados con bates, cadenas y armas blancas. La patrulla solicitó de inmediato apoyo a otros policías para impedir el enfrentamiento callejero.
Al detectar la presencia policial, los radicales se dispersaron a la carrera y comenzaron a arrojar las armas bajo los coches estacionados. Minutos después, el despliegue policial en la zona permitió localizar a un joven al que, tras un cacheo, se intervino una porra extensible y un cuchillo de grandes dimensiones.
Otro grupo formado por nueve individuos también fue interceptado por los agentes municipales. Los integrantes del GOE reconocieron a dos de ellos como sendos ultras que exhibían armas blancas en los prolegómenos de la reyerta.
La Policía Local tuvo incluso que perseguir a otros dos sospechosos. Uno de ellos corrió por la avenida de Aragón y finalmente fue detenido en la calle Eolo. La Policía Local siguió también a otro de los radicales por la calle Amadeo de Saboya y logró atraparlo cuando trataba de esconderse entre unos vehículos aparcados. Los agentes le intervinieron un bate de béisbol y una cadena metálica.
De los 12 ultras atrapados, 7 quedaban en libres, mientras que 5 fueron arrestados por ser portadores de armas prohibidas, tal y como indicaron las mencionadas fuentes.
Entre jóvenes y mayores
Los detenidos reconocieron pertenecer a un mismo grupo de ultras del Valencia C. F. y señalaron que habían quedado convocados para «solventar las diferencias de opinión entre jóvenes y mayores». Las fuentes no concretaron más en qué consistían esas discrepancias de pareceres.
El total de armas incautadas fue dos cuchillos tipo punzón con mango de madera, un cuchillo de cocina grande, defensas extensibles, cadenas metálicas, bates de béisbol, navajas y bengalas como las utilizadas en los campos de fútbol.
En los bolsillos de algunos de los acusados se encontró propaganda nazi, así como grabaciones de tono radical en los móviles y fotografías de Hitler.
Los detenidos, todos ellos valencianos, fueron identificados como H. G. M , V. E. C., J. V. H. D., C. L. M., y J. L. D. L., todos de edades comprendidas entre los 23 y 30 años. Los arrestados fueron trasladados a dependencias policiales, hasta el momento de pasar a disposición judicial.
Otro episodio en el que se mezclaron fútbol y violencia tuvo lugar en febrero del año pasado en la plaza del Cedro de la capital. Un integrante de un grupo ultra del Valencia fue arrestado por la Policía Nacional por su implicación en el apuñalamiento sufrido por un joven de 30 años.
La agresión ocurrió también de madrugada, cuando una docena de personas se enzarzó en una pelea con otro grupo en el que se encontraba la víctima, que resultó afectada en la pleura y el bazo. Junto al hincha fueron apresadas otras tres personas.
Bates de béisbol, cuchillos, navajas, cadenas metálicas, porras extensibles, bengalas y artilugios para dar descargas eléctricas... Estos eran algunos de los artilugios que integraban el arsenal incautado a un grupo de ultras interceptados por la Policía Local en Valencia justo antes de evitar lo que iba a ser una multitudinaria y sin duda violenta reyerta.
Todo ocurrió hacia la una de la madrugada del pasado domingo, horas después de finalizar en Castellón el partido entre el Villarreal y el Valencia que supuso el fin del sueño de jugar la Liga de Campeones para el conjunto che. Según fuentes del caso, unos 40 miembros del grupo Yomus se habían congregado en la calle Micer Mascó de la capital, a escasos metros del Mestalla, para solucionar a golpes una cuestión de «diferencias de opinión».
Tan sólo la presencia de una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Local que circulaba por la zona impidió el enfrentamiento para el que se habían citado los radicales.
Los agentes observaron cómo estaba policías observaron a los violentos concentrados en la zona, armados con bates, cadenas y armas blancas. La patrulla solicitó de inmediato apoyo a otros policías para impedir el enfrentamiento callejero.
Al detectar la presencia policial, los radicales se dispersaron a la carrera y comenzaron a arrojar las armas bajo los coches estacionados. Minutos después, el despliegue policial en la zona permitió localizar a un joven al que, tras un cacheo, se intervino una porra extensible y un cuchillo de grandes dimensiones.
Otro grupo formado por nueve individuos también fue interceptado por los agentes municipales. Los integrantes del GOE reconocieron a dos de ellos como sendos ultras que exhibían armas blancas en los prolegómenos de la reyerta.
La Policía Local tuvo incluso que perseguir a otros dos sospechosos. Uno de ellos corrió por la avenida de Aragón y finalmente fue detenido en la calle Eolo. La Policía Local siguió también a otro de los radicales por la calle Amadeo de Saboya y logró atraparlo cuando trataba de esconderse entre unos vehículos aparcados. Los agentes le intervinieron un bate de béisbol y una cadena metálica.
De los 12 ultras atrapados, 7 quedaban en libres, mientras que 5 fueron arrestados por ser portadores de armas prohibidas, tal y como indicaron las mencionadas fuentes.
Entre jóvenes y mayores
Los detenidos reconocieron pertenecer a un mismo grupo de ultras del Valencia C. F. y señalaron que habían quedado convocados para «solventar las diferencias de opinión entre jóvenes y mayores». Las fuentes no concretaron más en qué consistían esas discrepancias de pareceres.
El total de armas incautadas fue dos cuchillos tipo punzón con mango de madera, un cuchillo de cocina grande, defensas extensibles, cadenas metálicas, bates de béisbol, navajas y bengalas como las utilizadas en los campos de fútbol.
En los bolsillos de algunos de los acusados se encontró propaganda nazi, así como grabaciones de tono radical en los móviles y fotografías de Hitler.
Los detenidos, todos ellos valencianos, fueron identificados como H. G. M , V. E. C., J. V. H. D., C. L. M., y J. L. D. L., todos de edades comprendidas entre los 23 y 30 años. Los arrestados fueron trasladados a dependencias policiales, hasta el momento de pasar a disposición judicial.
Otro episodio en el que se mezclaron fútbol y violencia tuvo lugar en febrero del año pasado en la plaza del Cedro de la capital. Un integrante de un grupo ultra del Valencia fue arrestado por la Policía Nacional por su implicación en el apuñalamiento sufrido por un joven de 30 años.
La agresión ocurrió también de madrugada, cuando una docena de personas se enzarzó en una pelea con otro grupo en el que se encontraba la víctima, que resultó afectada en la pleura y el bazo. Junto al hincha fueron apresadas otras tres personas.
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