El Numancia se lamentó ayer por el comportamiento de un número muy reducido de personas, "mal llamados seguidores numantinos", según se quejó el director general del club soriano, Víctor Martín, que ensuciaron el buen nombre de la afición rojilla y del equipo el pasado sábado en Getafe.
El Numancia se lamentó ayer por el comportamiento de un número muy reducido de personas, “mal llamados seguidores numantinos”, según se quejó el director general del club soriano, Víctor Martín, que ensuciaron el buen nombre de la afición rojilla y del equipo el pasado sábado en Getafe. “Desde el club soriano se quiere erradicar cualquier comportamiento reprobable y lucharemos a muerte para evitarlos, aunque son actitudes individuales y personales difíciles de poder controlar”, señaló el responsable del club, conocidos los hechos protagonizados por un grupo de aficionados sorianos, identificados por la Policía como pertenecientes a la Peña Orgullo Numantino, que llevaron a la detención de uno de ellos (D.M.B.) por resistencia y desobediencia a la autoridad. A la finalización del partido del pasado sábado entre el Getafe y el Numancia, un grupo reducido de seguidores sorianos increparon a unos aficionados del Getafe, además de amagar con quemar una bandera del club madrileño. Alertada por estas acciones, la Policía Local de Getafe les pidió la documentación a un par de aficionados sorianos que parecían los más alterados.
El joven detenido, de 22 años, golpeó a uno de los agentes en el pecho y salió corriendo, pero al encontrarse ebrio tropezó y se cayó provocándose una brecha, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Soria. La Policía Local le detuvo y lo llevó a Comisaría donde pasó la noche.
Desde la Subdelegación del Gobierno en Soria se desconocía si además de las diligencias pertinentes abiertas por el Juzgado de Instrucción también se le abrirán por la Ley del Deporte. En otras ocasiones, al menos en tres, miembros de esta peña han sido sancionados con multas de entre 3.000 y 5.000 euros.
Lo que significa una fiesta para los aficionados del Numancia, viajar con su equipo para apoyarlo en los partidos de su equipo en los diferentes campos de la Liga, para un grupo casi insignificante en número, se convierte en motivo de escándalo por su comportamiento vergonzoso para el resto. Una mancha a erradicar. La afición numantina es modélica y así se ha comportado a lo largo de toda la temporada. Destacada en todos los campos por los que se ha movido debido a su deportividad, alegría, camaradería y energía a la hora de arropar a su equipo, en Getafe también protagonizó una jornada para el recuerdo. Con el descenso consumado, encajó el peor trago de la temporada con una resignación deportiva digna de encomio. Su manera de asumir el descenso se ha situado como ejemplo respecto a otras aficiones, o mejor dicho, grupo de individuos, no tan amables con su equipo. Esta actitud tan plausible y cívica de los aficionados rojillos se vio enturbiada por el comportamiento de un grupo de seguidores, reconocidos como pertenecientes a la peña Orgullo Numantino, que no puede calificarse de cívica.
El Numancia se lamentó ayer por el comportamiento de un número muy reducido de personas, “mal llamados seguidores numantinos”, según se quejó el director general del club soriano, Víctor Martín, que ensuciaron el buen nombre de la afición rojilla y del equipo el pasado sábado en Getafe. “Desde el club soriano se quiere erradicar cualquier comportamiento reprobable y lucharemos a muerte para evitarlos, aunque son actitudes individuales y personales difíciles de poder controlar”, señaló el responsable del club, conocidos los hechos protagonizados por un grupo de aficionados sorianos, identificados por la Policía como pertenecientes a la Peña Orgullo Numantino, que llevaron a la detención de uno de ellos (D.M.B.) por resistencia y desobediencia a la autoridad. A la finalización del partido del pasado sábado entre el Getafe y el Numancia, un grupo reducido de seguidores sorianos increparon a unos aficionados del Getafe, además de amagar con quemar una bandera del club madrileño. Alertada por estas acciones, la Policía Local de Getafe les pidió la documentación a un par de aficionados sorianos que parecían los más alterados.
El joven detenido, de 22 años, golpeó a uno de los agentes en el pecho y salió corriendo, pero al encontrarse ebrio tropezó y se cayó provocándose una brecha, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Soria. La Policía Local le detuvo y lo llevó a Comisaría donde pasó la noche.
Desde la Subdelegación del Gobierno en Soria se desconocía si además de las diligencias pertinentes abiertas por el Juzgado de Instrucción también se le abrirán por la Ley del Deporte. En otras ocasiones, al menos en tres, miembros de esta peña han sido sancionados con multas de entre 3.000 y 5.000 euros.
Lo que significa una fiesta para los aficionados del Numancia, viajar con su equipo para apoyarlo en los partidos de su equipo en los diferentes campos de la Liga, para un grupo casi insignificante en número, se convierte en motivo de escándalo por su comportamiento vergonzoso para el resto. Una mancha a erradicar. La afición numantina es modélica y así se ha comportado a lo largo de toda la temporada. Destacada en todos los campos por los que se ha movido debido a su deportividad, alegría, camaradería y energía a la hora de arropar a su equipo, en Getafe también protagonizó una jornada para el recuerdo. Con el descenso consumado, encajó el peor trago de la temporada con una resignación deportiva digna de encomio. Su manera de asumir el descenso se ha situado como ejemplo respecto a otras aficiones, o mejor dicho, grupo de individuos, no tan amables con su equipo. Esta actitud tan plausible y cívica de los aficionados rojillos se vio enturbiada por el comportamiento de un grupo de seguidores, reconocidos como pertenecientes a la peña Orgullo Numantino, que no puede calificarse de cívica.
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