El partido Nápoles-Liverpool, de la Liga Europa, que se jugó ayer en la capital del Sur de Italia, volvió a teñir de violencia el fútbol italiano. Durante la noche anterior, cinco ciudadanos británicos resultaron heridos por arma blanca, todos ellos en las extremidades inferiores, a manos de aficionados del Nápoles en dos ataques diferentes. Ninguno de ellos resultó grave.
Pocos minutos antes del encuentro, cuatro agentes antidisturbios sufrieron contrusiones por los golpes recibidos cuando intentaban atajar una pelea entre hinchas de los dos equipos cerca del estilo. Según informó la policía local, un grupo de seguidores locales esperaba la salida de hinchas del Liverpool del metro para agredirlos. Las fuerzas de seguridad intervinieron para evitar en lo posible daños mayores.
Los dos episodios de violencia de la noche previa crearon un clima de tensión que se extendió hasta la hora del duelo entre el Nápoles y el Liverpool por toda la ciudad italiana.
Algunos de los británicos acuchillados eran simples turistas que cenaban en grupo en un restaurante del centro de la ciudad. Un grupo de encapuchados armados con palos y bates de béisbol lanzó objetos contra el establecimiento. Su dueño, que trató de alejar a los asaltantes, también acabó en el hospital con heridas que requieren siete días de curas.
La policía logró arrestar a tres de los agresores, que resultaron ser aficionados del Nápoles y todos ellos con antecedentes penales.
Los servicios de seguridad, formados por fuerzas italianas y británicas, trataron de mantener el orden en una ciudad que estuvo blindada durante todo el día. El jefe la policía, Filippo Bonfiglio, advirtió de que podría haber incidentes graves y la alcaldesa, Rosa Russo Iervolino, pidió calma a sus conciudadanos: "Hoy es un buen momento para ejercer la proverbial hospitalidad napolitana", dijo. Y les exhortó: "No demos el espectáculo. Para animar al equipo no hace falta herir a nadie".
La regidora, desconsolada, expresó su "enorme dolor" por los cinco heridos y atribuyó los incidentes a "una decena aislada de exaltados que seguramente iban borrachos".
Asimismo, recordó los incidentes sucedidos en Génova el día del Italia-Serbia el martes de la semana pasada, que tuvo que ser suspendido, y pidió a los napolitanos que se comportaran "civilizadamente". Precisamente, el fiscal de la UEFA ha planteado que Serbia sea excluida de la Eurocopa de 2012, a disputar en Ucrania y Polonia, si sus aficionados radicales vuelven a causar problemas en un estadio y que el encuentro en cuestión se le dé por ganado (3-0) a Italia, advertida, a su vez, de que extreme la seguridad bajo la amenaza de tener que jugar dos encuentros a puerta cerrada.
Los dos episodios de violencia de la noche previa crearon un clima de tensión que se extendió hasta la hora del duelo entre el Nápoles y el Liverpool por toda la ciudad italiana.
Algunos de los británicos acuchillados eran simples turistas que cenaban en grupo en un restaurante del centro de la ciudad. Un grupo de encapuchados armados con palos y bates de béisbol lanzó objetos contra el establecimiento. Su dueño, que trató de alejar a los asaltantes, también acabó en el hospital con heridas que requieren siete días de curas.
La policía logró arrestar a tres de los agresores, que resultaron ser aficionados del Nápoles y todos ellos con antecedentes penales.
Los servicios de seguridad, formados por fuerzas italianas y británicas, trataron de mantener el orden en una ciudad que estuvo blindada durante todo el día. El jefe la policía, Filippo Bonfiglio, advirtió de que podría haber incidentes graves y la alcaldesa, Rosa Russo Iervolino, pidió calma a sus conciudadanos: "Hoy es un buen momento para ejercer la proverbial hospitalidad napolitana", dijo. Y les exhortó: "No demos el espectáculo. Para animar al equipo no hace falta herir a nadie".
La regidora, desconsolada, expresó su "enorme dolor" por los cinco heridos y atribuyó los incidentes a "una decena aislada de exaltados que seguramente iban borrachos".
Asimismo, recordó los incidentes sucedidos en Génova el día del Italia-Serbia el martes de la semana pasada, que tuvo que ser suspendido, y pidió a los napolitanos que se comportaran "civilizadamente". Precisamente, el fiscal de la UEFA ha planteado que Serbia sea excluida de la Eurocopa de 2012, a disputar en Ucrania y Polonia, si sus aficionados radicales vuelven a causar problemas en un estadio y que el encuentro en cuestión se le dé por ganado (3-0) a Italia, advertida, a su vez, de que extreme la seguridad bajo la amenaza de tener que jugar dos encuentros a puerta cerrada.
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