El Ministerio del Interior de Jordania prometió identificar a los responsables de los violentos disturbios que provocaron el viernes unos 150 heridos, mientras el Senado llamó hoy a enfrentar cualquier intento sedicioso y divisionista del país.
Tanto el Gobierno central como el de la capital condenaron los choques ocurridos tras un partido de fútbol entre los equipos Al Faisali y el Wihdat en el estadio Rey Abdulah II, en los que 25 policías y personal de defensa civil también resultaron lesionados.
Según el viceprimer ministro y ministro del Interior, Saad Hayel Sorrour, ya trabaja un comité encabezado por la Secretaría General de esa cartera e integrado por los jefes de los departamentos de Derechos Humanos y Asuntos de Seguridad, además del gobernador de Ammán.
La referida instancia contactará con las partes para obtener "toda la verdad detrás de los reprobables sucesos" y remitirá su informe al Gobierno a fin de emprender los procedimientos legales que correspondan por violación de la ley.
Datos preliminares indicaron que seguidores del equipo Al Faisali, que perdió 0-1, abandonaron el estadio cuando acabó el partido en base a un acuerdo entre la Asociación de Fútbol y la Policía para que los aficionados del seleccionado perdedor salieran primero del recinto.
Un grupo de fanáticos del Wihdat permaneció dentro del estadio y coincidió con el lanzamiento de botellas vacías a los que estaban afuera, desatando una estampida que provocó el derrumbe de un muro.
Entretanto, el presidente del Senado, Taher Al Masri, quien apoyó una pesquisa amplia sobre los "dolorosos y repudiables" sucesos, denunció la violencia y urgió a permanecer alertas ante "cualquier intento vil de sembrar la semilla de la sedición".
Al Masri pidió a los jordanos rechazar las acciones destinadas a dividirlos, porque hechos como los del viernes -apuntó- contradicen la ética del Estado hashemita y socavan los intereses del país.
El desenlace del juego clasificatorio de la liga nacional jordana dejó igualmente decenas de vehículos quemados y destruidos -incluidos tres de la policía y ocho del órgano de la defensa civil- en las calles alrededor del estadio donde prosiguieron los disturbios.
"Los desafíos nos rodean y los peligros y acontecimientos en la región requieren de todos reconocer que el interés del reino, la unidad de su pueblo y la fortaleza de sus sociedad son constantes que deben estar por encima de otras consideraciones", puntualizó Al Masri.
Tanto el Gobierno central como el de la capital condenaron los choques ocurridos tras un partido de fútbol entre los equipos Al Faisali y el Wihdat en el estadio Rey Abdulah II, en los que 25 policías y personal de defensa civil también resultaron lesionados.
Según el viceprimer ministro y ministro del Interior, Saad Hayel Sorrour, ya trabaja un comité encabezado por la Secretaría General de esa cartera e integrado por los jefes de los departamentos de Derechos Humanos y Asuntos de Seguridad, además del gobernador de Ammán.
La referida instancia contactará con las partes para obtener "toda la verdad detrás de los reprobables sucesos" y remitirá su informe al Gobierno a fin de emprender los procedimientos legales que correspondan por violación de la ley.
Datos preliminares indicaron que seguidores del equipo Al Faisali, que perdió 0-1, abandonaron el estadio cuando acabó el partido en base a un acuerdo entre la Asociación de Fútbol y la Policía para que los aficionados del seleccionado perdedor salieran primero del recinto.
Un grupo de fanáticos del Wihdat permaneció dentro del estadio y coincidió con el lanzamiento de botellas vacías a los que estaban afuera, desatando una estampida que provocó el derrumbe de un muro.
Entretanto, el presidente del Senado, Taher Al Masri, quien apoyó una pesquisa amplia sobre los "dolorosos y repudiables" sucesos, denunció la violencia y urgió a permanecer alertas ante "cualquier intento vil de sembrar la semilla de la sedición".
Al Masri pidió a los jordanos rechazar las acciones destinadas a dividirlos, porque hechos como los del viernes -apuntó- contradicen la ética del Estado hashemita y socavan los intereses del país.
El desenlace del juego clasificatorio de la liga nacional jordana dejó igualmente decenas de vehículos quemados y destruidos -incluidos tres de la policía y ocho del órgano de la defensa civil- en las calles alrededor del estadio donde prosiguieron los disturbios.
"Los desafíos nos rodean y los peligros y acontecimientos en la región requieren de todos reconocer que el interés del reino, la unidad de su pueblo y la fortaleza de sus sociedad son constantes que deben estar por encima de otras consideraciones", puntualizó Al Masri.
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