Ni la huelga encubierta de controladores aéreos, ni la posibilidad de que Manchester y todo el Reino Unido amanecieran cubiertos de nieve impidieron que los aficionados del Valencia volvieran a dar color y hacerse notar. Dicho de una manera más gráfica, el tradicional ´La manta al coll i el cabasset´ sonó ayer lunes y sonará hoy martes durante todo el día en una ciudad como Manchester, industrial, oscura y hasta aburrida. Y no es broma, porque a ritmo de dolçaina se escuchó hasta ´Amunt Valencia´. Y todo gracias cuatro aficionados de Alcàsser que pusieron la música, con una dolçaina que animará a buen seguro sin parar desde la llegada al aeropuerto hasta el partido: «Nosotros hemos venido a disfrutar, a ver el partido también, y si podemos ganar mejor y somos primeros, pero hemos venido a animar al Valencia y a pasarlo bien». Y cumplieron. No pararon. De hecho, la juerga comenzó en el mismo avión, cuando Paquito de Alcàsser cogió su dolçaina y logro que se cantara ´madridista el que no bote´. Una fiesta por todo lo alto y la mar de divertida. Si hasta se arrancaron a imitar a Pepe Reina y sus celebraciones con aquello de ´Camarero, camarero… una de champiñones… champiñones, champiñones, oé, oé, oé´. Con bufandas al aire la mayor ovación la recibió cuando tocó ´Amunt Valencia´, pero se quedó con el personal al versionar el ´Waka, waka´ de Shakira. Todo terminó cuando el portugués Miguel se levantó cabreado y pidió que terminara…
Más allá del caos aéreo de los últimos días, —del todo impredecible al menos para los aficionados—, lo cierto es que el viaje a Manchester era diferente en lo que a aficionados se refiere. Diferente en número y en la forma. Es el puente del año; ayer lunes día seis, fiesta con motivo de la Constitución Española, mañana miércoles día 8, fiesta también por la Inmaculada Concepción. Perfecto para viajar en familia, padre, madre hijos y algún primo si hace falta. El avión que llevó a la expedición valencianista a Inglaterra destilaba color el ilusión. Como la del pequeño miraba de reojo a César y se negó a sentarse a su lado de pura vergüenza a pesar de que su padre y el propio futbolista se lo dijeron… Si hasta se escuchó cantar gol de Soldado en un partido entre el Valencia y el Manchester disputado por un joven en una PSP.
Sin problemas a la salida en el aeropuerto de Manises, y sin problemas a la llegada, en el avión que llevó al Valencia a Manchester viajaron cerca de 150 aficionados, y todos, en familia. Es el fútbol. Y es la alegría por el Valencia.
Más allá del caos aéreo de los últimos días, —del todo impredecible al menos para los aficionados—, lo cierto es que el viaje a Manchester era diferente en lo que a aficionados se refiere. Diferente en número y en la forma. Es el puente del año; ayer lunes día seis, fiesta con motivo de la Constitución Española, mañana miércoles día 8, fiesta también por la Inmaculada Concepción. Perfecto para viajar en familia, padre, madre hijos y algún primo si hace falta. El avión que llevó a la expedición valencianista a Inglaterra destilaba color el ilusión. Como la del pequeño miraba de reojo a César y se negó a sentarse a su lado de pura vergüenza a pesar de que su padre y el propio futbolista se lo dijeron… Si hasta se escuchó cantar gol de Soldado en un partido entre el Valencia y el Manchester disputado por un joven en una PSP.
Sin problemas a la salida en el aeropuerto de Manises, y sin problemas a la llegada, en el avión que llevó al Valencia a Manchester viajaron cerca de 150 aficionados, y todos, en familia. Es el fútbol. Y es la alegría por el Valencia.
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