Pintadas, cánticos, manifestaciones, barricadas en El Requexón, y ahora, carteles de Alberto vete ya por toda la ciudad y alrededores. La afición oviedista llevó ayer su protesta a cada jardín de la ciudad. Desde la plaza de América, hasta El Cristo, pasando por La Corredoria y Lugones. No había zona verde en la que no apareciera la ya clásica pancarta. Y todo con un objetivo claro: que el máximo accionista y presidente de la entidad abandone el club. Nadie puede dudar de la perseverancia que tienen unos seguidores que están cansados de la gestión del consejo. Todo lo que se vio por la ciudad tuvo su eco más tarde en el Carlos Tartiere. El Oviedo jugó ante el Athletic B y, antes del pitido inicial, una gran pancarta azul copó el fondo norte. Y el mesaje no podía ser otro: Alberto vete ya . Además, con cada gol del Oviedo, los aficionados le volvieron a demostrar al dirigente oviedista su gran amor .
Por lo demás, el partido discurrió con tranquilidad, gracias sobre todo a la victoria del equipo. Víctor Díaz se estrenó como goleador azul en Liga y Xavi Moré volvió a ver puerta. El extremo celebró el gol de una forma curiosa: dando una voltereta al estilo Perona (bueno, a su manera), que esta vez se quedó en el banquillo. La intención de Moré no fue otra que dedicarle el tanto a su amigo y compañero, gesto que se tradujo poco más tarde en un abrazo.
El choque sirvió además para descubir otra vez al mejor Manu Busto, que marcó el tercero como sólo él sabe. Por un momento recordó a la pasada campaña. Y mientras todo pasaba, Pacheta, desde su zona, no dejó de colocar a sus jugadores. El técnico burgalés lleva dos de dos en casa. Más no se puede pedir, sobre todo después de todo lo que se sufrió durante meses. Rubiato y Moré se llevaron la ovación cuando dejaron el campo. También recogió el cariño del público Miguel, que se retiró lesionado en el primer acto. El delantero de Llanera está pendiente de pruebas, pero el primer diágnóstico, tras el partido, es que podría tener un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha. Hoy se conocerá el alcance exacto de su lesión. Por cierto, la zona replantada del césped en el área del fondo norte, no funcionó, parecía todo menos un campo de fútbol.
Por lo demás, el partido discurrió con tranquilidad, gracias sobre todo a la victoria del equipo. Víctor Díaz se estrenó como goleador azul en Liga y Xavi Moré volvió a ver puerta. El extremo celebró el gol de una forma curiosa: dando una voltereta al estilo Perona (bueno, a su manera), que esta vez se quedó en el banquillo. La intención de Moré no fue otra que dedicarle el tanto a su amigo y compañero, gesto que se tradujo poco más tarde en un abrazo.
El choque sirvió además para descubir otra vez al mejor Manu Busto, que marcó el tercero como sólo él sabe. Por un momento recordó a la pasada campaña. Y mientras todo pasaba, Pacheta, desde su zona, no dejó de colocar a sus jugadores. El técnico burgalés lleva dos de dos en casa. Más no se puede pedir, sobre todo después de todo lo que se sufrió durante meses. Rubiato y Moré se llevaron la ovación cuando dejaron el campo. También recogió el cariño del público Miguel, que se retiró lesionado en el primer acto. El delantero de Llanera está pendiente de pruebas, pero el primer diágnóstico, tras el partido, es que podría tener un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha. Hoy se conocerá el alcance exacto de su lesión. Por cierto, la zona replantada del césped en el área del fondo norte, no funcionó, parecía todo menos un campo de fútbol.
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