Pese a su buena situación en la clasificación de la Liga Adelante, colocado en puestos de ascenso a Primera, el Rayo Vallecano atraviesa uno de sus momentos más delicados. Sus propietarios, los Ruiz-Mateos, han iniciado en 10 de sus empresas el proceso de concurso de acreedores, entre ellas el propio club de fútbol. Ha salido a la luz que los jugadores llevan muchos meses sin cobrar una nómina, y las dificultades económicas afectan cada vez más al funcionamiento diario del club.
Los aficionados rayistas se han volcado con el equipo, que sigue enfrascado de lleno en la pelea por el ascenso. A aquellas iniciativas con el objetivo de demostrar el apoyo incondicional a la plantilla se han unido diversas iniciativas para demostrar el descontento con la gestión del club, como marchas y manifestaciones en el barrio de Vallecas, o para recaudar fondos para el equipo, como la venta de camisetas o la creación de una "fila cero"... Sin embargo, el descontento de algunos ha ido más allá, como lo demuestran las pintadas que han eliminado el nombre de Teresa Rivero, presidenta del club y esposa de José María Ruiz-Mateos, de la fachada del estadio de Vallecas.
Los aficionados rayistas se han volcado con el equipo, que sigue enfrascado de lleno en la pelea por el ascenso. A aquellas iniciativas con el objetivo de demostrar el apoyo incondicional a la plantilla se han unido diversas iniciativas para demostrar el descontento con la gestión del club, como marchas y manifestaciones en el barrio de Vallecas, o para recaudar fondos para el equipo, como la venta de camisetas o la creación de una "fila cero"... Sin embargo, el descontento de algunos ha ido más allá, como lo demuestran las pintadas que han eliminado el nombre de Teresa Rivero, presidenta del club y esposa de José María Ruiz-Mateos, de la fachada del estadio de Vallecas.
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