Manuel Neuer es uno de los mejores porteros del mundo. Por eso, y por la clásica política del Bayern de 'captar' el talento alemán para sus filas, su pase al equipo muniqués parecía una cuestión casi de lógica para casi todos... menos para los seguidores del Bayern.
Ya durante la temporada pasada, y mientras el portero llevaba al Schalke al título de Copa y a semifinales de la Champions a base de excelentes partidos e intervenciones épicas (incluida la ida de semifinales ante el United en la que él solo evitó una goleada de escándalo contra su equipo), los rumores crecían y los seguidores del Bayern se amotinaban. "Koan Neuer" (ningún Neuer) era el grito de guerra. La historia viene de lejos y está enraizada en la vieja rivalidad entre Schalke y Bayern. En 2001 Oliver Kahn celebró un título de liga arrancando un banderín de córner y lanzándose al suelo con él. Esa liga la tenía ganada el Schalke hasta que el Bayern logró un milagroso empate en Hamburgo. En 2009 y en Munich, Neuer, un joven seguidor ocho año antes, se vengó al celebrar un triunfo del Schalke sobre el Bayern con el mismo gesto. "Una pequeña revancha, una forma de sacar una espina de mi corazón", aseguró entonces el portero, que no sabía los problemas que eso le iba a acarrear ahora.
De enemigo público...a esperanza para sustituir, precisamente, a Kahn, tarea para la que el Bayern no ha encontrado garantías desde la retirada del legendario cancerbero. Los ultras del equipo bávaro no pudieron acudir a la presentación de Neuer. Ahora, estos grupos radicales, han ido un paso más allá y se han ofrecido a firmar la paz... siempre y cuando Neuer acepte un código de conducta que le ha sido entregado por los propios seguidores, los que hace días le seguían con una pancarta que decía: "podrás hacer muchas paradas pero nunca aceptaremos que lleves esa camiseta".
El pasado martes, Neuer se reunió con representantes del sector más hostil (hacia su persona) de la afición muniquesa. Estos aseguraron que nada había cambiado aunque el portero "se comportará de forma adecuada con respecto a la afición". Sí confirmaron que habían dejado claro y por escrito cómo tenía que ser ese comportamiento del guardameta: "en la reunión le explicamos cómo se tenía que comportar. Si cumple con las normas que le hemos dado y mantiene una distancia respetuosa con respecto a nosotros, no habrá más protestas ni actos orquestados contra él".
Neuer no ha hecho comentarios pero la temperatura sube en las oficinas del club. Rummenigge aseguró que estaba "perdiendo la paciencia" con los ultras del equipo, y el nuevo entrenador, Jupp Heinckes, ha sido todavía más claro: "un grupo minoritario no puede establecer cómo se tiene que comportar un jugador. Si hubiese visto esto hace años habría montado en cólera, pero ahora creo que todo se resolverá si cada uno se comporta de forma razonable".
Ya durante la temporada pasada, y mientras el portero llevaba al Schalke al título de Copa y a semifinales de la Champions a base de excelentes partidos e intervenciones épicas (incluida la ida de semifinales ante el United en la que él solo evitó una goleada de escándalo contra su equipo), los rumores crecían y los seguidores del Bayern se amotinaban. "Koan Neuer" (ningún Neuer) era el grito de guerra. La historia viene de lejos y está enraizada en la vieja rivalidad entre Schalke y Bayern. En 2001 Oliver Kahn celebró un título de liga arrancando un banderín de córner y lanzándose al suelo con él. Esa liga la tenía ganada el Schalke hasta que el Bayern logró un milagroso empate en Hamburgo. En 2009 y en Munich, Neuer, un joven seguidor ocho año antes, se vengó al celebrar un triunfo del Schalke sobre el Bayern con el mismo gesto. "Una pequeña revancha, una forma de sacar una espina de mi corazón", aseguró entonces el portero, que no sabía los problemas que eso le iba a acarrear ahora.
De enemigo público...a esperanza para sustituir, precisamente, a Kahn, tarea para la que el Bayern no ha encontrado garantías desde la retirada del legendario cancerbero. Los ultras del equipo bávaro no pudieron acudir a la presentación de Neuer. Ahora, estos grupos radicales, han ido un paso más allá y se han ofrecido a firmar la paz... siempre y cuando Neuer acepte un código de conducta que le ha sido entregado por los propios seguidores, los que hace días le seguían con una pancarta que decía: "podrás hacer muchas paradas pero nunca aceptaremos que lleves esa camiseta".
El pasado martes, Neuer se reunió con representantes del sector más hostil (hacia su persona) de la afición muniquesa. Estos aseguraron que nada había cambiado aunque el portero "se comportará de forma adecuada con respecto a la afición". Sí confirmaron que habían dejado claro y por escrito cómo tenía que ser ese comportamiento del guardameta: "en la reunión le explicamos cómo se tenía que comportar. Si cumple con las normas que le hemos dado y mantiene una distancia respetuosa con respecto a nosotros, no habrá más protestas ni actos orquestados contra él".
Neuer no ha hecho comentarios pero la temperatura sube en las oficinas del club. Rummenigge aseguró que estaba "perdiendo la paciencia" con los ultras del equipo, y el nuevo entrenador, Jupp Heinckes, ha sido todavía más claro: "un grupo minoritario no puede establecer cómo se tiene que comportar un jugador. Si hubiese visto esto hace años habría montado en cólera, pero ahora creo que todo se resolverá si cada uno se comporta de forma razonable".
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