«Era una batalla de salvajes, nunca había visto nada así». Comerciantes y transeúntes se reconocían entre asustados e indignados cuando a primera hora de la tarde, en torno a las 13.45 horas, se encontraron de lleno en la calle de Ezcurdia con una violenta batalla protagonizada por radicales del Athletic.
Según explicaba uno de los testigos, en torno a medio centenar de jóvenes -presuntamente relacionados con el grupo ultra Herri Norte- subieron desde la avenida de Torcuato Fernández-Miranda, en concreto desde las inmediaciones del Parador Nacional Molino Viejo, hasta la esquina con Ezcurdia, en el número 139, donde empezaron a lanzar botellas, piedras y bengalas al encontrarse, al parecer, con un grupo de seguidores sportinguistas. Fuentes policiales añadieron que, antes de llegar a este punto, «venían cargando contra todo con bates y palos» y habían agredido a una persona en las proximidades de la plaza de toros. También se hicieron notar en la avenida de Pablo Iglesias.
Ante la violencia de los hechos los hosteleros de la zona optaron por encerrarse dentro de sus respectivos locales junto a su clientela, entre la que se encontraban también numerosos seguidores vascos «de los pacíficos», según explicó un empresario. «Si no cerramos igual entran también a destrozarnos la cafetería». Al llegar los efectivos de la Policía Local los violentos se dispersaron, dejando en la zona un rastro de cascotes, restos de vasos y botellas rotas, así como las lunas de al menos un par de coches dañadas por el lanzamiento de objetos. En el momento en que se produjo la pelea eran numerosos los transeúntes que pasaban camino o de regreso del rastro gijonés.
Fuentes de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía confirmaron a este periódico que no se realizó ninguna detención. Los aficionados violentos regresaron al País Vasco ayer por la tarde tras haber sido identificados.
Según explicaba uno de los testigos, en torno a medio centenar de jóvenes -presuntamente relacionados con el grupo ultra Herri Norte- subieron desde la avenida de Torcuato Fernández-Miranda, en concreto desde las inmediaciones del Parador Nacional Molino Viejo, hasta la esquina con Ezcurdia, en el número 139, donde empezaron a lanzar botellas, piedras y bengalas al encontrarse, al parecer, con un grupo de seguidores sportinguistas. Fuentes policiales añadieron que, antes de llegar a este punto, «venían cargando contra todo con bates y palos» y habían agredido a una persona en las proximidades de la plaza de toros. También se hicieron notar en la avenida de Pablo Iglesias.
Ante la violencia de los hechos los hosteleros de la zona optaron por encerrarse dentro de sus respectivos locales junto a su clientela, entre la que se encontraban también numerosos seguidores vascos «de los pacíficos», según explicó un empresario. «Si no cerramos igual entran también a destrozarnos la cafetería». Al llegar los efectivos de la Policía Local los violentos se dispersaron, dejando en la zona un rastro de cascotes, restos de vasos y botellas rotas, así como las lunas de al menos un par de coches dañadas por el lanzamiento de objetos. En el momento en que se produjo la pelea eran numerosos los transeúntes que pasaban camino o de regreso del rastro gijonés.
Fuentes de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía confirmaron a este periódico que no se realizó ninguna detención. Los aficionados violentos regresaron al País Vasco ayer por la tarde tras haber sido identificados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario