Se lo temían y el peligro ya ha llegado. Las autoridades italianas han preparado un plan especial de emergencia para este fin de semana con el fin de evitar los previsibles incidentes que quieren provocar los ultras de todos los equipos del Calcio y la serie B como protesta al nuevo carnet del hincha que será obligatorio para entrar en los estadios. El primer serio aviso llegó la noche del miércoles cuando un grupo de radicales del Atalanta, actualmente en la Serie B, irrumpió en un acto político y provocó graves incidentes. No aceptan que la policía tenga sus datos a través de este nuevo carnet y amenazan con destrozar la competición.
El carnet del hincha ha entrado en vigor esta temporada a pesar del rechazo de los radicales, que ya se manifestaron de forma masiva hace unos meses. El Gobierno italiano no atendió a sus peticiones y sacó adelante la idea, por lo que los ultras irán a boicotear los partidos oficiales. La tensión alcanzó niveles de vandalismo la noche del miércoles. Un centenar de ultras del Atalanta se presentaron en un acto en el que se encontraba el ministro del Interior, Roberto Maroni, para protestar contra la medida. Durante su protesta, los ultras lanzaron petardos, bengalas y, después, protagonizaron una batalla campal contra la policía, que se saldó con cinco detenidos y varios heridos entre los miembros de las fuerzas de seguridad. Los daños materiales de la acción fueron cuantiosos porque se quemaron varios coches y se destrozó mobiliario urbano.
Tras lo ocurrido, el ministro Marioni rebeló que se tomarán “medidas contundentes contra los radicales. Los que han protagonizados estos incidentes y los que lo sigan haciendo, que se olviden de entrar en los estadios durante mucho tiempo”. De hecho, Marioni adelantó que este fin de semana las fuerzas de seguridad tomarán literalmente los estadios en un plan de emergencia nacional para evitar que haya graves disturbios. La policía tiene claro que los radicales piensan liarla con el comienzo de la competición, como ya sucedió en la final de la Supercoppa de Italia.
Y es que el carnet del hincha tiene en vilo a todos los radicales italianos. Será obligatorio para acceder a los estadios de los rivales, además de contar con la entrada. Para acceder a este carnet gratuito, el aficionado debe dar todos sus datos personales, su lugar de residencia y una fotografía actual con el claro propósito de tener controlados a los hinchas más problemáticos.
La medida no ha tenido demasiado éxito, ya que sólo se han dado de alta 520.000 aficionados de todos los equipos de la Serie A, de los que 220.000 son milanistas, que se han adherido a una especial campaña que realizó el club para promocionar esta iniciativa gubernamental. El carnet, además, da derecho a tener descuentos y garantiza el acceso rápido.
Todos los estamentos del fútbol italiano, desde jugadores hasta entrenadores y directivos han pedido a sus aficionados que se adhieran a la medida y que eviten incidentes que dañan la imagen del calcio en el exterior. Este fin de semana será una prueba de fuego, aunque todos los condicionantes hacen que el calcio viva una situación de riesgo sin precedentes en su historia.
El carnet del hincha ha entrado en vigor esta temporada a pesar del rechazo de los radicales, que ya se manifestaron de forma masiva hace unos meses. El Gobierno italiano no atendió a sus peticiones y sacó adelante la idea, por lo que los ultras irán a boicotear los partidos oficiales. La tensión alcanzó niveles de vandalismo la noche del miércoles. Un centenar de ultras del Atalanta se presentaron en un acto en el que se encontraba el ministro del Interior, Roberto Maroni, para protestar contra la medida. Durante su protesta, los ultras lanzaron petardos, bengalas y, después, protagonizaron una batalla campal contra la policía, que se saldó con cinco detenidos y varios heridos entre los miembros de las fuerzas de seguridad. Los daños materiales de la acción fueron cuantiosos porque se quemaron varios coches y se destrozó mobiliario urbano.
Tras lo ocurrido, el ministro Marioni rebeló que se tomarán “medidas contundentes contra los radicales. Los que han protagonizados estos incidentes y los que lo sigan haciendo, que se olviden de entrar en los estadios durante mucho tiempo”. De hecho, Marioni adelantó que este fin de semana las fuerzas de seguridad tomarán literalmente los estadios en un plan de emergencia nacional para evitar que haya graves disturbios. La policía tiene claro que los radicales piensan liarla con el comienzo de la competición, como ya sucedió en la final de la Supercoppa de Italia.
Y es que el carnet del hincha tiene en vilo a todos los radicales italianos. Será obligatorio para acceder a los estadios de los rivales, además de contar con la entrada. Para acceder a este carnet gratuito, el aficionado debe dar todos sus datos personales, su lugar de residencia y una fotografía actual con el claro propósito de tener controlados a los hinchas más problemáticos.
La medida no ha tenido demasiado éxito, ya que sólo se han dado de alta 520.000 aficionados de todos los equipos de la Serie A, de los que 220.000 son milanistas, que se han adherido a una especial campaña que realizó el club para promocionar esta iniciativa gubernamental. El carnet, además, da derecho a tener descuentos y garantiza el acceso rápido.
Todos los estamentos del fútbol italiano, desde jugadores hasta entrenadores y directivos han pedido a sus aficionados que se adhieran a la medida y que eviten incidentes que dañan la imagen del calcio en el exterior. Este fin de semana será una prueba de fuego, aunque todos los condicionantes hacen que el calcio viva una situación de riesgo sin precedentes en su historia.
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