Los Mossos d’Esquadra detuvieron la madrugada del lunes al martes a dos boixos nois, la facción radical de aficionados del Barça, por herir a un joven seguidor del Espanyol. La agresión se cometió de madrugada, cuando un vehículo en el que viajaban varios boixos paró junto a un grupo de aficionados del Espanyol que celebraba, en la plaza de Sants de Barcelona, el triunfo de su equipo (3-2) esa noche frente al Athletic de Bilbao.
Ocurrió a las 12.56 de la madrugada, después de un intercambio de insultos entre ambas partes, según fuentes policiales. Los detenidos atacaron, presuntamente, al joven de 18 años con un mosquetón, con el que le golpearon en la cabeza, según avanzó el portal digital PericosOnline. El joven sufrió una pequeña herida, y fue trasladado al hospital Sagrat Cor, aunque no revestía gravedad. La policía no descarta que puedan producirse más detenciones.
La gestión de los aficionados radicales del Barça ha sido siempre un asunto espinoso. Los Mossos les someten a un estricto control, sobre todo una vez finalizan los partidos, en las inmediaciones del campo y también en los desplazamientos del Barça, donde tienen más libertad. Desde el mandato de Joan Laporta, los Boixos no pueden reunirse como grupo en las gradas del campo, ni puede exhibir ninguno de sus emblemas.
La actual directiva intentó fomentar una grada joven de animación, para los diferentes grupos de aficionados del Barça. Pero en la lista inicial que se presentó, con cerca de 900 nombres, los mossos vetaron a 138 personas con antecedentes policiales vinculados a los Boixos Nois e incluso a Los Casuals, una banda juzgada por extorsiones e incluso intento de homicidio. La negociación continuó adelante, pero finalmente la directiva tuvo que cejar en su empeño porque los Mossos advirtieron que, de prosperar, la grada era un peligro para la seguridad en el campo y fuera de él.
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