Tres años, nueve meses y diez días después, el Atlético de Madrid regresaeste miércoles a la Liga de Campeones(20.45 horas, C+Liga de Campeones) para enfrentarse al Zenit San Petersburgo. Un rival complicado en el terreno de juego por las estrellas que figuran en su plantilla, pero también fuera del césped. La pésima fama de los ultras del equipo rusoha traspasado fronteras después de haber protagonizado episodios violentos y racistas en las últimas décadas. El pasado año, los más radicales llegaron a hacer público un manifiesto contra los futbolistas negros y homosexuales. Esta noche se espera un millar y medio de seguidores rusos en las gradas del Vicente Calderón.
«No somos racistas, pero la ausencia de jugadores negros es una importante tradición que refuerza la identidad del club», aseguraban los ultras del Zenit en ese documento. Conocidos por su agresividad e ideología neonazi, en algunos partidos disputados en su campo, el Estadio Petrovsky, se han llegado a ver a algunos radicales ataviados con capuchas del Ku Klux Klan. «Como el club más septentrional de las grandes ciudades europeas nunca hemos compartido la mentalidad de África, América del Sur, Australia u Oceanía. Queremos jugadores más cerca de nuestra alma y la mentalidad. También estamos en contra de que en el Zenit jueguen representantes de minorías sexuales», añadían en el manifiesto.
La enorme polvareda levantada por aquel manifiesto de los ultras obligó al club ruso a dejar clara su postura para evitar posibles sanciones de la UEFA, que vigila muy de cerca el comportamiento de los ultras del equipo de San Petersburgo. «No tenemos ningún tipo de política para restringir nuestra plantilla por su origen o color de piel», respondió después del terremoto Dietmar Beiersdorfer, director deportivo del Zenit, el club más racista de toda Rusia en palabras de Vagner Love, que jugó siete temporadas en el CSKA de Moscú.
A pesar de la aclaración, la realidad es que el Zenit nunca ha fichado a un jugador africano. Una de los últimas intentonas la protagonizó con M’Vila, centrocampista francés de origen africano cuyo traspaso se frustró al recibir el jugador varias amenazas de muerte por parte de los ultras rusos. En el Zenit, sin embargo, sí han militado jugadores mulatos o negros, como el portugués Bruno Alves o actualmente el brasileño Hulk y el belga Alex Witsel, dos futbolistas por los que el conjunto de San Petersburgo pagó más de cien millones de euros.
Los ultras no escarmientan
Pese a las advertencias y multas impuestas al Zenit por la federación rusa y la propia UEFA, sus ultras no escarmientan. Los enfrentamientos con hinchadas rivales son habituales y los cánticos racistas en las gradas no dejan de escucharse. En el partido ante el Lokomotiv volvieron a repetirse y el club de San Petersburgo recibió uno de sus últimos castigos económicos.
De nada sirvió la iniciativa puesta en marcha para silenciar los gritos racistas de sus ultras. El Zenit había instalado unas torres de sonido en el fondo de su hinchada más radical para que evitar que se escucharan las consignas, pero los radicales no dudaron en saltar al campo para derribarlas. Esta falta de seguridad provocó que la federación rusa impusiera una sanción de casi 6.000 euros al Zenit.
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