Lo que se preveía como una fiesta, como un desplazamiento masivo de aficionados cordobesistas a Jaén, acabó convertido en una crónica de sucesos. O mejor dicho, empezó a serlo desde primeras horas de la tarde, cuando seguidores radicales del CCF se vieron envueltos en enfrentamientos con grupos ultras del Jaén.
La semana se había calentado en los foros y redes sociales. Los hinchas más viscerales de ambos clubes mantienen pésimas relaciones alimentadas desde hace años, a pesar de que hacía 12 temporadas que ambos equipos no se encontraban en Segunda División. En ese contexto enrarecido, las Brigadas Blanquiverdes organizaron su desplazamiento a Jaén y, al contrario que otros grupos que lo retrasaron hasta primera hora de la tarde, viajaron al mediodía con el riesgo de encontrarse con un ambiente caliente.
La Policía Local de Jaén, consciente de los problemas que podían producirse durante el día, activó un dispositivo de seguimiento que detectó en torno a las 14:00 la llegada de los primeros aficionados cordobesistas, "en actitud pacífica". El choque no había sido calificado como de alto riesgo y no se preveían disturbios, aunque las alarmas estaban encendidas.
Pese al riesgo de incidentes que se había alimentado en las horas previas, la jornada comenzó con normalidad hasta que a las 16:15 se produjo una llamada en la sala operativa del 061 de Jaén. En el Bar La Plata, situado en la Avenida de Andalucía, se había citado un grupo de entre 20 y 30 aficionados del CCF "en actitud totalmente pacífica", según informaron desde el servicio de comunicación de la Policía Local. En ese momento llegaron seguidores radicales del Jaén claramente hostiles y comenzaron a insultar a los blanquiverdes, "que en principio siguieron manteniendo una actitud pasiva", según la Policía. Pero la cosa fue a peor y entonces saltó la chispa.
Las sillas y las botellas volaron en un fuego cruzado por el Gran Eje jiennense con agresiones mutuas y alguna herida por contusión. Los destrozos en el bar y en dos vehículos estacionados junto al establecimiento provocaron la rápida llegada de varios vehículos de la Policía Local y Nacional.
Los cuerpos de seguridad identificaron a entre 40 y 50 aficionados, todos del Córdoba, aunque no se produjo ninguna detención al no haber denuncia de por medio. La Policía sí intervino numerosos objetos contundentes y una bengala marina, además de mantener abierta la posibilidad de que los afectados por los incidentes presentaran denuncias, "en cuyo caso se abrirán diligencias y se depurarán responsabilidades", informó la Policía Local.
Tras ese primer momento de tensión se mantuvo una calma tensa, aunque la tarde estuvo salpicada por incidentes aislados y un ambiente crispado en contra de los cientos de pacíficos seguidores cordobesistas que fueron llegando a lo largo de la tarde. Oficialmente no hubo heridos atendidos en los centros hospitalarios, pero las agresiones y el entorno hostil que se encontraron los cordobeses desplazados convirtió un día de fiesta en una jornada desagradable.
En vista de lo sucedido, los cuerpos de seguridad reforzaron la vigilancia de los aficionados blanquiverdes, sobre todo los más radicales, a los que escoltaron en su camino hacia el estadio. Allí esperaban distintas unidades del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y de la Unidad de Intervención Policial (UIP).
Allí se produjo otro problema, porque el Jaén había dispuesto para los aficionados visitantes un sector sin asientos con capacidad para apenas 300 espectadores, cuando los desplazados cordobesistas se acercaron al millar. La grada se quedó tan pequeña que el club jiennense tuvo que habilitar otro sector de la preferencia para acoger a los blanquiverdes. Una vez solventados todos los inconvenientes, los seguidores tiñeron La Victoria de los colores cordobesistas y animaron a su equipo hasta el final. Su apoyo constante, que debe inspirar a los jugadores, es lo que prevalece sobre unos acontecimientos oscuros que nunca debieron suceder.
La semana se había calentado en los foros y redes sociales. Los hinchas más viscerales de ambos clubes mantienen pésimas relaciones alimentadas desde hace años, a pesar de que hacía 12 temporadas que ambos equipos no se encontraban en Segunda División. En ese contexto enrarecido, las Brigadas Blanquiverdes organizaron su desplazamiento a Jaén y, al contrario que otros grupos que lo retrasaron hasta primera hora de la tarde, viajaron al mediodía con el riesgo de encontrarse con un ambiente caliente.
La Policía Local de Jaén, consciente de los problemas que podían producirse durante el día, activó un dispositivo de seguimiento que detectó en torno a las 14:00 la llegada de los primeros aficionados cordobesistas, "en actitud pacífica". El choque no había sido calificado como de alto riesgo y no se preveían disturbios, aunque las alarmas estaban encendidas.
Pese al riesgo de incidentes que se había alimentado en las horas previas, la jornada comenzó con normalidad hasta que a las 16:15 se produjo una llamada en la sala operativa del 061 de Jaén. En el Bar La Plata, situado en la Avenida de Andalucía, se había citado un grupo de entre 20 y 30 aficionados del CCF "en actitud totalmente pacífica", según informaron desde el servicio de comunicación de la Policía Local. En ese momento llegaron seguidores radicales del Jaén claramente hostiles y comenzaron a insultar a los blanquiverdes, "que en principio siguieron manteniendo una actitud pasiva", según la Policía. Pero la cosa fue a peor y entonces saltó la chispa.
Las sillas y las botellas volaron en un fuego cruzado por el Gran Eje jiennense con agresiones mutuas y alguna herida por contusión. Los destrozos en el bar y en dos vehículos estacionados junto al establecimiento provocaron la rápida llegada de varios vehículos de la Policía Local y Nacional.
Los cuerpos de seguridad identificaron a entre 40 y 50 aficionados, todos del Córdoba, aunque no se produjo ninguna detención al no haber denuncia de por medio. La Policía sí intervino numerosos objetos contundentes y una bengala marina, además de mantener abierta la posibilidad de que los afectados por los incidentes presentaran denuncias, "en cuyo caso se abrirán diligencias y se depurarán responsabilidades", informó la Policía Local.
Tras ese primer momento de tensión se mantuvo una calma tensa, aunque la tarde estuvo salpicada por incidentes aislados y un ambiente crispado en contra de los cientos de pacíficos seguidores cordobesistas que fueron llegando a lo largo de la tarde. Oficialmente no hubo heridos atendidos en los centros hospitalarios, pero las agresiones y el entorno hostil que se encontraron los cordobeses desplazados convirtió un día de fiesta en una jornada desagradable.
En vista de lo sucedido, los cuerpos de seguridad reforzaron la vigilancia de los aficionados blanquiverdes, sobre todo los más radicales, a los que escoltaron en su camino hacia el estadio. Allí esperaban distintas unidades del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) y de la Unidad de Intervención Policial (UIP).
Allí se produjo otro problema, porque el Jaén había dispuesto para los aficionados visitantes un sector sin asientos con capacidad para apenas 300 espectadores, cuando los desplazados cordobesistas se acercaron al millar. La grada se quedó tan pequeña que el club jiennense tuvo que habilitar otro sector de la preferencia para acoger a los blanquiverdes. Una vez solventados todos los inconvenientes, los seguidores tiñeron La Victoria de los colores cordobesistas y animaron a su equipo hasta el final. Su apoyo constante, que debe inspirar a los jugadores, es lo que prevalece sobre unos acontecimientos oscuros que nunca debieron suceder.
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