El Madrid lleva tiempo dándole vueltas para encontrar una fórmula que permita ver un Bernabéu más cálido y animoso con sus jugadores. En los años 80 y 90 se creó en una de las esquinas del Fondo Norte la llamada Grada Joven, que permitía a los chavales de entre 13 y 17 años ver al equipo blanco por unos precios populares y asequibles para todas las economías.
Pero en los últimos doce años se apostó por remodelar el graderío, dejándolo todo con asientos numerados para poder venderlos como abonos. Además, se acotó el Fondo Sur con unas paredes laterales de metacrilato que redujeron el número de los Ultras Sur hasta los 900 actuales. Ello desembocó en un Bernabéu que sólo ruge cuando hay un partido de Champions y vienen muchos peñistas de fuera de la capital.
Para evitarlo, el Madrid se ha fijado en la Grada Joven Curva Nord, creada por el Valencia en Mestalla. Mucho colorido, muchas banderas y muchos cánticos. La idea del Madrid es ofrecerles a los abonados del Fondo Norte cambiar su ubicación y meter tras esa portería a gente joven que tendría unos abonos con buenos precios. Se trata de rescatar el mítico miedo escénico.
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