A los aficionados rojillos no hay mal arranque que les asuste, ni rival poco atractivo que les quite el interés, ni partido de Alto Riesgo que les haga quedarse en casa. Por lo menos, al millar largo que decidió pasar el día en Soria, y apoyar el equipo de forma ejemplar en su visita a Los Pajaritos.
Desde primera hora de la mañana, el centro de la capital castellana se plagó de camisetas rojas, pero no eran las del Numancia, equipo local, sino espaldas con los nombres de clásicos como Coco, Markovic, Aitor, Yanguas, actuales, como Azpilicueta, Josetxo, Cruchaga, Puñal, Nekounam, éste en su versión rojilla e iraní, y hasta nuevos fichajes, como Masoud, el que más ha calado entre los aficionados, por lo menos a la hora de poner su nombre en la zamarra osasunista. La anécdota la puso un seguidor con una camiseta de Palacios, ahora numantino, de más de una década de antigüedad.
La plaza Ramón Benito Aceña, donde está situado el restaurante Iruña, fue el centro neurálgico del ambiente pre-partido, tranquilo pero animado. Cientos de seguidores rojillos cantaron y consumieron con la compañía musical de la charanga Nueva Alegría de Mendavia, que llegó acompañando a la Peña Vianesa-Mendaviesa.
Curiosamente, una de las calles más llenas de hinchas navarros era la Numancia, donde la música sanferminera ambientó las horas previas al choque.
Fueron los mejores momentos del día. Después la grada estuvo a la altura. El equipo, menos.
Desde primera hora de la mañana, el centro de la capital castellana se plagó de camisetas rojas, pero no eran las del Numancia, equipo local, sino espaldas con los nombres de clásicos como Coco, Markovic, Aitor, Yanguas, actuales, como Azpilicueta, Josetxo, Cruchaga, Puñal, Nekounam, éste en su versión rojilla e iraní, y hasta nuevos fichajes, como Masoud, el que más ha calado entre los aficionados, por lo menos a la hora de poner su nombre en la zamarra osasunista. La anécdota la puso un seguidor con una camiseta de Palacios, ahora numantino, de más de una década de antigüedad.
La plaza Ramón Benito Aceña, donde está situado el restaurante Iruña, fue el centro neurálgico del ambiente pre-partido, tranquilo pero animado. Cientos de seguidores rojillos cantaron y consumieron con la compañía musical de la charanga Nueva Alegría de Mendavia, que llegó acompañando a la Peña Vianesa-Mendaviesa.
Curiosamente, una de las calles más llenas de hinchas navarros era la Numancia, donde la música sanferminera ambientó las horas previas al choque.
Fueron los mejores momentos del día. Después la grada estuvo a la altura. El equipo, menos.
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