Los seguidores ultras del FC Barcelona de la peña llamada 'Boixos Nois' desplazados a Montjuïc han arrojado varias bengalas a las zonas que albergaban a seguidores del conjunto local.
Algunos seguidores del Espanyol también rompieron una de las vallas del estadio como reacción al altercado para tratar de evitar que alguno de los proyectiles les alcanzara y varios trataron de llegar hasta la zona en la que se ubicaban los ultras del Barça.
Ante la creciente tensión en el campo, el árbitro del partido, Medina Cantalejo, decidió parar durante varios minutos hasta que se 'enfriaron' los ánimos.
Se reanuda el juego
El juego se reanudó al tiempo que se desplegaban los Mossos de Esquadra alrededor de la zona de los ultras.
No obstante, los radicales volvieron a encender bengalas cuando Henry empató el partido para el FC Barcelona y el francés se dirigió al lugar para dedicar el tanto. Poco después, las fuerzas de seguridad cargaron sobre algunos de los radicales al comprobar que, de nuevo, habian encendido dos bengalas.
Las medidas de seguridad para evitar la entrada de bengalas en los estadios se estrecharon desde que el 15 de marzo de 1996 muriera un joven aficionado del Espanyol de 13 años en las gradas por el impacto de uno de los proyectiles en el estadio de Sarriá. Además, el partido había sido declarado de alto riesgo por las fuerzas de seguridad y se había reforzado la seguridad del estadio.
Algunos seguidores del Espanyol también rompieron una de las vallas del estadio como reacción al altercado para tratar de evitar que alguno de los proyectiles les alcanzara y varios trataron de llegar hasta la zona en la que se ubicaban los ultras del Barça.
Ante la creciente tensión en el campo, el árbitro del partido, Medina Cantalejo, decidió parar durante varios minutos hasta que se 'enfriaron' los ánimos.
Se reanuda el juego
El juego se reanudó al tiempo que se desplegaban los Mossos de Esquadra alrededor de la zona de los ultras.
No obstante, los radicales volvieron a encender bengalas cuando Henry empató el partido para el FC Barcelona y el francés se dirigió al lugar para dedicar el tanto. Poco después, las fuerzas de seguridad cargaron sobre algunos de los radicales al comprobar que, de nuevo, habian encendido dos bengalas.
Las medidas de seguridad para evitar la entrada de bengalas en los estadios se estrecharon desde que el 15 de marzo de 1996 muriera un joven aficionado del Espanyol de 13 años en las gradas por el impacto de uno de los proyectiles en el estadio de Sarriá. Además, el partido había sido declarado de alto riesgo por las fuerzas de seguridad y se había reforzado la seguridad del estadio.
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