La campaña que organizó el Olympique de Marsella para pedir la liberación del seguidor detenido se extendió como la polvora en toda Francia. Los medios del país vecino siguen impresionados por los incidentes que tuvieron lugar antes del encuentro de Champions League entre el Atlético de Madrid y el Olympique de Marsella, en los que una decena de seguidores marsellesese necesitaron atención médica. El presidente de la UEFA, Michel Platini, avisó de que "tomaría medidas serias"
El presidente del Olympique, Pape Diouf, fue el primero en alzar la voz. El máximo dirigente de la entidad no entendía como "aficionados que recorren 2.000 km para animar a su equipo puieden terminar así" y calificó de "salvaje" la actuación policial. El propio presidente acudió a la grada donde estaban ocurriendo los incidentes para calmar los ánimos de sus seguidores. Guy Cazadamont, jefe de seguridad del Olympique, denunció que "la policía no aceptó ningún tipo de diálogo antes de intervenir. Estoy asqueado. En tres minutos se perdió todo el trabajo de prevención que realizamos con los seguidores", aseguró. La entidad marsellesa afirmó que la orden de retirar la pancarta del Comando Ultra 84, cuyo símbolo es una calavera con la bufanda del equipo, no partió del delegado UEFA, cómo se pensó en un principio, sino del Jefe de Seguridad del Vicente Calderón.
El presidente de la UEFA, Michel Platini, avisó de que "tomaría medidas serias" tras visionar los insultos y lanzamientos de objetos que recibieron algunos seguidores minusvalidos del Olympique. Estos aficionados fueron ubicados a pie de campo del Vicente Calderón, pero tuvieron que ser trasladados a otra zona donde estuvieran más seguros. La UEFA, entre otros motivos, incluye como agravante del cierre del Vicente Calderón que el estadio no dispusiera de una zona segura para estos seguidores.
Uno de los rostros más fotografiados fue Pierre, quien aparece en la imagen aparece con la cara ensangrentada. El Olympique le ofreció regresar a Marsella en el mismo avión que la plantilla y fue atendido por los servicios médicos del club. Este aficionado necesitó más de diez puntos de sutura y ha sido entrevistado como testigo directo de los incidentes en numerosos medios del país vecino. Durante el siguiente partido en el Velodrome, estadio del Olympique, se mostraron pancartas con alusión a los incidentes y varios jugadores salieron en defensa estos aficionados.
Un aficionado sigue en prisión
El motivo principal por el que todavía colean los incidentes en Francia es que un seguidor del Olympique continua detenido en la prisión de Soto del Real (Madrid), lo que ha elevado la indignación de la prensa francesa. Santos Mirasierra, que tiene doble nacionalidad francesa-española, está acusado por la Policía de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones, por lo que podría ser condenado de seis meses a tres años. La doble nacionalidad complica la exigencia francesa de su extradición, pero la movilización de la afición y del club marsellés ha tocado las altas esferas de la política gala. El presidente del Olympique, incluso, llegó a pedir al presidente de la República Francesa, Nicolas Sarvkozy, que mediara en el conflicto.
El aficionado estuvo tres días internado en los calabozos de Plaza Castilla, hasta que el viernes de esa misma semana fue trasladado a la prisión de Soto del Real. El Juez se negó a visionar el video de los incidentes y mandó directamente a prisión preventiva a Santos Mirasierra, lo que elevó la indignación de los medios, que calificaron esta actuación como "falta de calidad democrática".
El presidente del Olympique, Pape Diouf, fue el primero en alzar la voz. El máximo dirigente de la entidad no entendía como "aficionados que recorren 2.000 km para animar a su equipo puieden terminar así" y calificó de "salvaje" la actuación policial. El propio presidente acudió a la grada donde estaban ocurriendo los incidentes para calmar los ánimos de sus seguidores. Guy Cazadamont, jefe de seguridad del Olympique, denunció que "la policía no aceptó ningún tipo de diálogo antes de intervenir. Estoy asqueado. En tres minutos se perdió todo el trabajo de prevención que realizamos con los seguidores", aseguró. La entidad marsellesa afirmó que la orden de retirar la pancarta del Comando Ultra 84, cuyo símbolo es una calavera con la bufanda del equipo, no partió del delegado UEFA, cómo se pensó en un principio, sino del Jefe de Seguridad del Vicente Calderón.
El presidente de la UEFA, Michel Platini, avisó de que "tomaría medidas serias" tras visionar los insultos y lanzamientos de objetos que recibieron algunos seguidores minusvalidos del Olympique. Estos aficionados fueron ubicados a pie de campo del Vicente Calderón, pero tuvieron que ser trasladados a otra zona donde estuvieran más seguros. La UEFA, entre otros motivos, incluye como agravante del cierre del Vicente Calderón que el estadio no dispusiera de una zona segura para estos seguidores.
Uno de los rostros más fotografiados fue Pierre, quien aparece en la imagen aparece con la cara ensangrentada. El Olympique le ofreció regresar a Marsella en el mismo avión que la plantilla y fue atendido por los servicios médicos del club. Este aficionado necesitó más de diez puntos de sutura y ha sido entrevistado como testigo directo de los incidentes en numerosos medios del país vecino. Durante el siguiente partido en el Velodrome, estadio del Olympique, se mostraron pancartas con alusión a los incidentes y varios jugadores salieron en defensa estos aficionados.
Un aficionado sigue en prisión
El motivo principal por el que todavía colean los incidentes en Francia es que un seguidor del Olympique continua detenido en la prisión de Soto del Real (Madrid), lo que ha elevado la indignación de la prensa francesa. Santos Mirasierra, que tiene doble nacionalidad francesa-española, está acusado por la Policía de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones, por lo que podría ser condenado de seis meses a tres años. La doble nacionalidad complica la exigencia francesa de su extradición, pero la movilización de la afición y del club marsellés ha tocado las altas esferas de la política gala. El presidente del Olympique, incluso, llegó a pedir al presidente de la República Francesa, Nicolas Sarvkozy, que mediara en el conflicto.
El aficionado estuvo tres días internado en los calabozos de Plaza Castilla, hasta que el viernes de esa misma semana fue trasladado a la prisión de Soto del Real. El Juez se negó a visionar el video de los incidentes y mandó directamente a prisión preventiva a Santos Mirasierra, lo que elevó la indignación de los medios, que calificaron esta actuación como "falta de calidad democrática".
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