Vuelve a ser noticia la violencia en el fútbol español. En la noche de ayer, un aficionado francés fue brutalmente agredido cerca del Calderón a la conclusión del partido entre el Atlético de Madrid y el Olympique de Marsella.
Fue de regreso a su casa, "y después de tomar unas cañas", cuando varios ultras del Atlético le rodearon, le rompieron una jarra de cerveza en la cabeza y le dieron una paliza que le ha provocado dos brechas y varios traumatismos. La única provocaciónde S. C., de 30 años, fue llevar colgada una bufanda de su equipo favorito, el de su ciudad natal. "Y pasar por el sitio no adecuado en el momento menos indicado", dice en perfecto castellano.
S.C., que vive y trabaja en Madrid desde hace cuatro años, se reconoce aficionado del Atlético. El cruce de la Champions le permitió ver en directo a sus dos equipos, y lo hizo, además, rodeado de amigos atléticos en un ambiente que describe "de risas". Pero todos los buenos recuerdos se le acabaron cuando unos radicales decidieron convertir el deporte en violencia.
Fue de regreso a su casa, "y después de tomar unas cañas", cuando varios ultras del Atlético le rodearon, le rompieron una jarra de cerveza en la cabeza y le dieron una paliza que le ha provocado dos brechas y varios traumatismos. La única provocaciónde S. C., de 30 años, fue llevar colgada una bufanda de su equipo favorito, el de su ciudad natal. "Y pasar por el sitio no adecuado en el momento menos indicado", dice en perfecto castellano.
S.C., que vive y trabaja en Madrid desde hace cuatro años, se reconoce aficionado del Atlético. El cruce de la Champions le permitió ver en directo a sus dos equipos, y lo hizo, además, rodeado de amigos atléticos en un ambiente que describe "de risas". Pero todos los buenos recuerdos se le acabaron cuando unos radicales decidieron convertir el deporte en violencia.
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