Un joven aficionado rojillo desplazado con Osasuna tuvo que ser trasladado ayer a un hospital de Santander, ya que antes de empezar el partido contra el Racing cayó brutalmente al suelo al intentar saltar una valla que separaba la afición de Osasuna con la grada del Sardinero.
En el centro hospitalario estuvo en observación y se le colocó un collarín. Por suerte, y sin mayor incidencia tras ser atendido, pudo unirse de nuevo a los aficionados navarros desplazados al campo del Racing.
En total, unos 150 seguidores viajaron desde Pamplona para apoyar al equipo. Todos ellos tuvieron que buscarse las entradas por su cuenta ya que, como se recordará, el Racing no quiso enviar entradas a Osasuna ya que reclamaba el pago por adelantado de las mismas.
La afición navarra fue dividida en dos esquinas del estadio en el fondo de la portería que defendió Roberto en la primera parte. En la derecha estuvieron los seguidores que dieron el color rojillo al campo con sus camisetas, charanga incluida, y en córner contrario se encontraba medio centenar de seguidores de Indar Gorri. La presencia de los radicales no pasó desapercibida ya que durante el partido mantuvieron continuos enfrentamientos verbales con aficionados del Racing, siempre vigilados en todo momento por numerosos efectivos de la Policía Nacional. Éstos llegaron a cargar en el momento en que Osasuna empataba el partido al filo del descanso.
Algún aficionado de este colectivo fue expulsado del campo por escupir a seguidores del equipo local, según aseguró el propio club cántabro. Y en el minuto 66 del encuentro su zona quedó desierta ya que se marcharon todos los integrantes de este grupo.
Desde el palco, el presidente de Osasuna, Pachi Izco, y el del Racing, Francisco Pernía, así como el presidente de la Comunidad de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, siguieron atentos todos los incidentes que se desarrollaron en ese sector de la grada.
En total, unos 150 seguidores viajaron desde Pamplona para apoyar al equipo. Todos ellos tuvieron que buscarse las entradas por su cuenta ya que, como se recordará, el Racing no quiso enviar entradas a Osasuna ya que reclamaba el pago por adelantado de las mismas.
La afición navarra fue dividida en dos esquinas del estadio en el fondo de la portería que defendió Roberto en la primera parte. En la derecha estuvieron los seguidores que dieron el color rojillo al campo con sus camisetas, charanga incluida, y en córner contrario se encontraba medio centenar de seguidores de Indar Gorri. La presencia de los radicales no pasó desapercibida ya que durante el partido mantuvieron continuos enfrentamientos verbales con aficionados del Racing, siempre vigilados en todo momento por numerosos efectivos de la Policía Nacional. Éstos llegaron a cargar en el momento en que Osasuna empataba el partido al filo del descanso.
Algún aficionado de este colectivo fue expulsado del campo por escupir a seguidores del equipo local, según aseguró el propio club cántabro. Y en el minuto 66 del encuentro su zona quedó desierta ya que se marcharon todos los integrantes de este grupo.
Desde el palco, el presidente de Osasuna, Pachi Izco, y el del Racing, Francisco Pernía, así como el presidente de la Comunidad de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, siguieron atentos todos los incidentes que se desarrollaron en ese sector de la grada.
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