«Vente al fútbol». Esta inofensiva invitación le abrió la puerta a David Madrid, agente del Cuerpo Nacional de Policía con casi dos décadas de experiencia, para infiltrarse durante año y medio en un grupo de ultras neonazis de la capital española. Ayer, en las jornadas sobre tribus urbanas que ha organizado el Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Basauri y a las que asisten miembros de la Policía, Ertzaintza, Guardia Civil y agentes locales de Vizcaya y de Cantabria, el experto advirtió de la amenaza que suponen estos grupos. «Son lobos con piel de cordero que se transforman cada fin de semana. Durante la semana les ves con sus hijos, en el trabajo... son gente normal». Pegado a ellos, aparentando ser «uno más», ha llegado a conocer cómo se organizan, cómo preparan sus acciones y, sobre todo, quiénes son.
-¿Cómo cambia su vida el día que entra en un grupo de neonazis?
-Empiezo a sentir un miedo que no sentía antes, y que me hace estar vivo y muy alerta.
-Le costó meses infiltrarse. ¿Son desconfiados?
-Infiltrarse suena a película, yo lo llamo trabajar desde dentro, y sí, cuesta mucho entrar porque son grupos muy cerrados. Alguien te tiene que presentar, responder por ti porque, si no, no llegarías nunca. Aún así, siempre dudas de que confíen en ti. Se preguntan: '¿éste de dónde viene', 'aparece de la nada, ¿por qué ahora?...' Tuve un buen enganche y al final dio sus frutos. 'Vente un día al fútbol', me dijo.
-Y a partir de ahí, escuchar y callar.
-Tienes que ser muy consciente de a quién tienes enfrente, nosotros trabajamos mucho eso de 'ser el tonto que paga'. Te abre muchas puertas. No preguntar, escuchar y mentir lo justo porque luego es más difícil autoafirmarte en la mentira.
-Sin placa y sin arma ¿cómo trabajó desde dentro?
-No merece la pena que te descubran, así que vas registrando todo en la mente. Y a veces no llegas.
-¿En qué se ha traducido su labor?
-La información es nuestra mejor arma. Ha servido para conocerles, para hacer detenciones, aunque se tapen sabes quiénes son. Tras los incidentes de un Barça-Madrid los periodistas nos pasaron las imágenes y se detuvo a quince personas. Estar dentro te permite saber quién hace los fanzines, cómo se financian y se organizan, qué relación tienen con los clubes de fútbol...
-¿Los campos son viveros de ultras?
-En todos los campos de Primera División, en Segunda, en Regional, en equipos de fútbol sala... en todos hay ultras. El 80% tienen una ideología de derechas o nacional socialista y el 20% antifascista. Herri Norte, Indar Gorri, Boixos Nois, Ultra Sur, los celtarras...
-¿Los clubes les dan soporte?
-El 75% de los grupos ultras tienen un local en el interior del estadio que el club les cede para que guarden su material de animación, como ellos lo denominan. Pero no sólo el fútbol. Las manifestaciones y los conciertos son también los escenarios donde se mueven. Allí se intercambian información, se hacen contactos, se preparan las acciones, se jactan de lo que hacen... es su mundo.
-Y buscan adeptos....
-En las bandas latinas sí hay gente encargada de reclutar, pero a los grupos de fascistas y antifascistas se llega porque quieres, y te implicas hasta donde quieres.
-Para algunos implicarse se traduce en hacer uso de la violencia.
-Una tribu urbana es una filosofía de vida, pero no todos son violentos. Dentro de estos grupos hay gente que cree que ese camino es un error y apuesta por las urnas.
«El líder, el más violento»
-¿Están bien organizados?
-Depende de cada grupo. Los latinos tienen una estructura piramidal que respetan, pero en los antifascistas y fascistas no hay un líder establecido, aquí el líder es el más violento.
-¿Y entre la extrema derecha e izquierda, quién está más preparado?
-Los antifascistas tienen mejor 'tomado' el tema de las asociaciones, la financiación... saben cómo salir a la calle con la Policía. Los 'borrokas' han bajado a dar conferencias a Madrid sobre cómo 'tomar' la calle. Pero los ultras de derechas están aprendiendo... y muy rápido.
-Paro, descontento hacia la clase política... ¿Utilizan estos argumentos como gancho con los jóvenes?
-Sin duda, pero hay muchos chavales que están ahí sólo para sentirse importantes dentro de un grupo.
-¿Se les adoctrina con Hitler, Marx...?
-Sí, hay grupos en España que quieren instaurar un cuarto Reich y hay sesiones teóricas y utópicas. Pero muchos que no saben quién es Bakunin, Marx, Himmler, Rommel... entran porque se sienten que pertenecen a algo, es lo que les hace sentir fuertes y lo que les engancha. Saber que van por la calle y que la gente les respeta por ir como van. Así se sienten capaces de todo.
-Incluso de matar.
-Sí. Las más peligrosas son las organizaciones latinas porque, a diferencia de los ultras, valoran menos la vida. Llevan en España desde 2000 y tienen quince muertos a sus espaldas. Entre ellos está muy extendida la cultura de la navaja pero otros llevan puños americanos, mangos de hachas, que son como bates de béisbol pero más baratos...
-¿Hay razón para la alarma con los grupos latinos?
-Sí, pero si en España llega a asentarse la 'mara'... entonces sí que nos preocuparemos. Son una organización criminal dedicada a la extorsión y al tráfico de hombres y de armas. Surge en Estados Unidos y aglutina a los latinos que están encarcelados. Eso puede llegar aquí. De hecho, se han detectado ya pintadas en Barcelona.
-¿Cómo cambia su vida el día que entra en un grupo de neonazis?
-Empiezo a sentir un miedo que no sentía antes, y que me hace estar vivo y muy alerta.
-Le costó meses infiltrarse. ¿Son desconfiados?
-Infiltrarse suena a película, yo lo llamo trabajar desde dentro, y sí, cuesta mucho entrar porque son grupos muy cerrados. Alguien te tiene que presentar, responder por ti porque, si no, no llegarías nunca. Aún así, siempre dudas de que confíen en ti. Se preguntan: '¿éste de dónde viene', 'aparece de la nada, ¿por qué ahora?...' Tuve un buen enganche y al final dio sus frutos. 'Vente un día al fútbol', me dijo.
-Y a partir de ahí, escuchar y callar.
-Tienes que ser muy consciente de a quién tienes enfrente, nosotros trabajamos mucho eso de 'ser el tonto que paga'. Te abre muchas puertas. No preguntar, escuchar y mentir lo justo porque luego es más difícil autoafirmarte en la mentira.
-Sin placa y sin arma ¿cómo trabajó desde dentro?
-No merece la pena que te descubran, así que vas registrando todo en la mente. Y a veces no llegas.
-¿En qué se ha traducido su labor?
-La información es nuestra mejor arma. Ha servido para conocerles, para hacer detenciones, aunque se tapen sabes quiénes son. Tras los incidentes de un Barça-Madrid los periodistas nos pasaron las imágenes y se detuvo a quince personas. Estar dentro te permite saber quién hace los fanzines, cómo se financian y se organizan, qué relación tienen con los clubes de fútbol...
-¿Los campos son viveros de ultras?
-En todos los campos de Primera División, en Segunda, en Regional, en equipos de fútbol sala... en todos hay ultras. El 80% tienen una ideología de derechas o nacional socialista y el 20% antifascista. Herri Norte, Indar Gorri, Boixos Nois, Ultra Sur, los celtarras...
-¿Los clubes les dan soporte?
-El 75% de los grupos ultras tienen un local en el interior del estadio que el club les cede para que guarden su material de animación, como ellos lo denominan. Pero no sólo el fútbol. Las manifestaciones y los conciertos son también los escenarios donde se mueven. Allí se intercambian información, se hacen contactos, se preparan las acciones, se jactan de lo que hacen... es su mundo.
-Y buscan adeptos....
-En las bandas latinas sí hay gente encargada de reclutar, pero a los grupos de fascistas y antifascistas se llega porque quieres, y te implicas hasta donde quieres.
-Para algunos implicarse se traduce en hacer uso de la violencia.
-Una tribu urbana es una filosofía de vida, pero no todos son violentos. Dentro de estos grupos hay gente que cree que ese camino es un error y apuesta por las urnas.
«El líder, el más violento»
-¿Están bien organizados?
-Depende de cada grupo. Los latinos tienen una estructura piramidal que respetan, pero en los antifascistas y fascistas no hay un líder establecido, aquí el líder es el más violento.
-¿Y entre la extrema derecha e izquierda, quién está más preparado?
-Los antifascistas tienen mejor 'tomado' el tema de las asociaciones, la financiación... saben cómo salir a la calle con la Policía. Los 'borrokas' han bajado a dar conferencias a Madrid sobre cómo 'tomar' la calle. Pero los ultras de derechas están aprendiendo... y muy rápido.
-Paro, descontento hacia la clase política... ¿Utilizan estos argumentos como gancho con los jóvenes?
-Sin duda, pero hay muchos chavales que están ahí sólo para sentirse importantes dentro de un grupo.
-¿Se les adoctrina con Hitler, Marx...?
-Sí, hay grupos en España que quieren instaurar un cuarto Reich y hay sesiones teóricas y utópicas. Pero muchos que no saben quién es Bakunin, Marx, Himmler, Rommel... entran porque se sienten que pertenecen a algo, es lo que les hace sentir fuertes y lo que les engancha. Saber que van por la calle y que la gente les respeta por ir como van. Así se sienten capaces de todo.
-Incluso de matar.
-Sí. Las más peligrosas son las organizaciones latinas porque, a diferencia de los ultras, valoran menos la vida. Llevan en España desde 2000 y tienen quince muertos a sus espaldas. Entre ellos está muy extendida la cultura de la navaja pero otros llevan puños americanos, mangos de hachas, que son como bates de béisbol pero más baratos...
-¿Hay razón para la alarma con los grupos latinos?
-Sí, pero si en España llega a asentarse la 'mara'... entonces sí que nos preocuparemos. Son una organización criminal dedicada a la extorsión y al tráfico de hombres y de armas. Surge en Estados Unidos y aglutina a los latinos que están encarcelados. Eso puede llegar aquí. De hecho, se han detectado ya pintadas en Barcelona.
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