El club ha mostrado preocupación por estos hechos que se han repetido en dos partidos disputados este año en Anduva. El primer incidente leve, como así se cataloga desde la Federación Española, tuvo lugar el pasado día 24 de enero con motivo del encuentro que jugaron Mirandés y Barakaldo. El acta arbitral recogía esa jornada 22 en el capítulo '3' de incidencias, el relacionado en concreto con el público, que «sobre el minuto 65 de partido, alguien del público tiró a mi árbitro asistente número 2 un cigarro encendido a escasos cinco centímetros por debajo de su nuca, quemándole la camiseta y sin ocasionarle herida aparente».
Fue una infracción que le costó al Mirandés 100 euros. Y la segunda se produjo este pasado miércoles en el transcurso del choque aplazado ante el Lugo. El árbitro incluyó en el resumen de lo que fue esta cita y en el mismo apartado que el anterior que «a lo largo de todo el encuentro, aficionados situados detrás del árbitro asistente número 2, los cuales portaban camisetas y otros distintivos del CD Mirandés, escupieron en repetidas ocasiones a dicho asistente, impactándole en su cabeza y espalda».
La Federación Española ha comunicado que la multa en esta ocasión asciende a una cantidad de 300 euros «por incidentes leves del público concurriendo la circunstancia agravante de reincidencia al haber sido sancionado anteriormente con resolución firme por infracción de igual gravedad en el encuentro celebrado el 24 de enero de 2010 (artículos 110 y 11)».
Contra esta resolución cabe interponer recurso ante el Comité de Apelación en el plazo de diez días una vez se reciba el acuerdo. Y es precisamente en lo que está trabajando la entidad rojilla. No obstante, desde el club se demanda que no se vuelvan a repetir estos incidentes porque el comportamiento de la afición es «señorial» tanto en Anduva como en otros campos, como así se reconoce por parte de todos los rivales y la actuación de unos pocos no puede poner en peligro en lo sucesivo sanciones que perjudiquen seriamente a la entidad tanto en el ámbito económico como ante una posible suspensión de partido o clausura del campo.
«El Mirandés va a seguir tratando a los árbitros con el mismo respeto y con toda la eficiencia hacia que lo demanden porque lo que nos preocupa es que nuestra afición dé siempre una buena imagen», señala en este sentido el gerente Luis Pobes, aunque también tiene una petición que transmitir hacia el colectivo arbitral y es que «si sucede alguna acción de estas características, se debe parar el partido y el árbitro comunicar al delegado esta incidencia para atajarla o para tener identificadas a las personas que lo hacen. Y no encontrarnos con la sorpresa de enterarnos cuando se va a firmar el acta».
Al margen de que no benefician en nada al decoro y la imagen del club, estas acciones suponen un claro perjuicio para sus arcas, cuya situación no puede permitir ni mucho menos grandes dispendios. Si se repiten este tipo de hechos, la multa se duplicará.
Fue una infracción que le costó al Mirandés 100 euros. Y la segunda se produjo este pasado miércoles en el transcurso del choque aplazado ante el Lugo. El árbitro incluyó en el resumen de lo que fue esta cita y en el mismo apartado que el anterior que «a lo largo de todo el encuentro, aficionados situados detrás del árbitro asistente número 2, los cuales portaban camisetas y otros distintivos del CD Mirandés, escupieron en repetidas ocasiones a dicho asistente, impactándole en su cabeza y espalda».
La Federación Española ha comunicado que la multa en esta ocasión asciende a una cantidad de 300 euros «por incidentes leves del público concurriendo la circunstancia agravante de reincidencia al haber sido sancionado anteriormente con resolución firme por infracción de igual gravedad en el encuentro celebrado el 24 de enero de 2010 (artículos 110 y 11)».
Contra esta resolución cabe interponer recurso ante el Comité de Apelación en el plazo de diez días una vez se reciba el acuerdo. Y es precisamente en lo que está trabajando la entidad rojilla. No obstante, desde el club se demanda que no se vuelvan a repetir estos incidentes porque el comportamiento de la afición es «señorial» tanto en Anduva como en otros campos, como así se reconoce por parte de todos los rivales y la actuación de unos pocos no puede poner en peligro en lo sucesivo sanciones que perjudiquen seriamente a la entidad tanto en el ámbito económico como ante una posible suspensión de partido o clausura del campo.
«El Mirandés va a seguir tratando a los árbitros con el mismo respeto y con toda la eficiencia hacia que lo demanden porque lo que nos preocupa es que nuestra afición dé siempre una buena imagen», señala en este sentido el gerente Luis Pobes, aunque también tiene una petición que transmitir hacia el colectivo arbitral y es que «si sucede alguna acción de estas características, se debe parar el partido y el árbitro comunicar al delegado esta incidencia para atajarla o para tener identificadas a las personas que lo hacen. Y no encontrarnos con la sorpresa de enterarnos cuando se va a firmar el acta».
Al margen de que no benefician en nada al decoro y la imagen del club, estas acciones suponen un claro perjuicio para sus arcas, cuya situación no puede permitir ni mucho menos grandes dispendios. Si se repiten este tipo de hechos, la multa se duplicará.
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