La negativa experiencia de la cumbre europea de ministros que se celebró a principios de mes en Donostia, debido en gran medida a la desorganización del dispositivo de seguridad desplegado por la Ertzaintza, instaló en los agentes del Cuerpo el temor ante lo que podría suceder en el siguiente acontecimiento de calado. Dicha inquietud se hizo realidad el jueves con los graves incidentes que se produjeron en San Mamés, que provocaron todo tipo de denuncias por parte de sindicatos policiales y partidos políticos. "Nunca un operativo de la Ertzaintza ha sido tan criticado, no hemos dado la imagen que esperábamos", resumía J. J. Llaguno, de ErNE, a preguntas de DEIA.
La central mayoritaria de la Policía vasca denunció de forma explícita el "insuficiente dispositivo en cuanto al número de ertzainas" que actuó en el transcurso del partido de la Liga Europa. Achacó dicha escasez de efectivos a las propias carencias de la plantilla de la Ertzaintza y a la negativa de los responsables de Interior a acometer una ampliación del Cuerpo que consideran "urgente y necesaria".
Si desde ErNE descargaron de culpa a los responsables policiales y apuntaron hacia los dirigentes políticos de Interior, el sindicato ELA arremetió contra la directiva del Athletic, cuyo presidente, Fernando García Macua, se quejó amargamente de la actuación policial poco después de finalizar el encuentro contra el Anderlecht. "Criticar a la Ertzaintza es siempre lo más recurrido y gratuito. Cuando se produce una actuación contundente se le acusa de ello, y si no es así, se le reprocha su pasividad", aseveró un portavoz de la central abertzale consultado por este periódico.
Añadió que, en cualquier caso, la responsabilidad sería compartida con el servicio de seguridad del Athletic, encargado de controlar el acceso de los aficionados al campo y de requisar elementos prohibidos como las bengalas, de las que hicieron uso los ultras del equipo de Bruselas en el interior de La Catedral. Partidos como EA y el PP coincidieron en cuestionar la "idoneidad" de la actuación policial, y así el parlamentario abertzale Jesús Mari Larrazabal denunció "carencias y errores a la hora de organizar el dispositivo de seguridad y de adoptar medidas en previsión de incidentes, como sucedió finalmente".
Por parte de los populares, Carlos Urquijo hizo hincapié en que, pese a las detenciones que se produjeron horas antes del inicio del encuentro y a "la experiencia de incidentes en partidos similares en esta misma competición", no se actuó con la previsión suficiente para evitar que se reprodujeran los altercados. En un sentido muy diferente se expresó el consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien rechazó cualquier tipo de "falta de previsión". Explicó que la Policía vasca "estaba evitando incidentes en la calle y los pasillos de desalojo", y que tras el pitido final del árbitro, "como está establecido en el protocolo, se encargó de garantizar la máxima seguridad de los sistemas de desalojo del campo y el entorno".
dispositivo El dirigente socialista, que habló ayer con Fernando García Macua, con quien se emplazó a una reunión para analizar lo sucedido y adoptar las medidas oportunas, cifró la presencia de agentes de la Ertzaintza ayer en San Mamés y sus aledaños en unos 200. Sin embargo, según la estimación realizada por DEIA, dicha cifra se situaría en torno a los 120. Y es que, según fuentes cercanas al dispositivo, el mismo estuvo formado por cinco furgonetas de agentes de Seguridad Ciudadana de Bilbao y ocho de antidisturbios. A éstas se sumaron las dos furgonetas que había desplazadas en el BEC con motivo del partido de Copa de baloncesto y que fueron llamadas de urgencia a San Mamés. En total, quince furgonetas -que pueden acoger un máximo de ocho ertzainas cada una- y poco más de un centenar de efectivos.
Preguntado en la Cadena Ser si, ante las actitudes tan salvajes observadas el jueves en San Mamés, aconsejaría el desplazamiento a Bruselas de los hinchas del Athletic para asistir al partido de vuelta, Ares dijo: "Nosotros haremos todas las gestiones con la Policía belga para que se garantice la seguridad de la expedición del Athletic, pero creo que es prudente, teniendo en cuenta los precedentes y las circunstancias que se han producido en Bilbao, limitar al máximo el viaje de aficionados".
Ares eludió la respuesta cuando fue preguntado si el departamento de Interior tenía constancia de la presencia de miembros de los Ultras Sur entre la hinchada del Anderlecht.
La central mayoritaria de la Policía vasca denunció de forma explícita el "insuficiente dispositivo en cuanto al número de ertzainas" que actuó en el transcurso del partido de la Liga Europa. Achacó dicha escasez de efectivos a las propias carencias de la plantilla de la Ertzaintza y a la negativa de los responsables de Interior a acometer una ampliación del Cuerpo que consideran "urgente y necesaria".
Si desde ErNE descargaron de culpa a los responsables policiales y apuntaron hacia los dirigentes políticos de Interior, el sindicato ELA arremetió contra la directiva del Athletic, cuyo presidente, Fernando García Macua, se quejó amargamente de la actuación policial poco después de finalizar el encuentro contra el Anderlecht. "Criticar a la Ertzaintza es siempre lo más recurrido y gratuito. Cuando se produce una actuación contundente se le acusa de ello, y si no es así, se le reprocha su pasividad", aseveró un portavoz de la central abertzale consultado por este periódico.
Añadió que, en cualquier caso, la responsabilidad sería compartida con el servicio de seguridad del Athletic, encargado de controlar el acceso de los aficionados al campo y de requisar elementos prohibidos como las bengalas, de las que hicieron uso los ultras del equipo de Bruselas en el interior de La Catedral. Partidos como EA y el PP coincidieron en cuestionar la "idoneidad" de la actuación policial, y así el parlamentario abertzale Jesús Mari Larrazabal denunció "carencias y errores a la hora de organizar el dispositivo de seguridad y de adoptar medidas en previsión de incidentes, como sucedió finalmente".
Por parte de los populares, Carlos Urquijo hizo hincapié en que, pese a las detenciones que se produjeron horas antes del inicio del encuentro y a "la experiencia de incidentes en partidos similares en esta misma competición", no se actuó con la previsión suficiente para evitar que se reprodujeran los altercados. En un sentido muy diferente se expresó el consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien rechazó cualquier tipo de "falta de previsión". Explicó que la Policía vasca "estaba evitando incidentes en la calle y los pasillos de desalojo", y que tras el pitido final del árbitro, "como está establecido en el protocolo, se encargó de garantizar la máxima seguridad de los sistemas de desalojo del campo y el entorno".
dispositivo El dirigente socialista, que habló ayer con Fernando García Macua, con quien se emplazó a una reunión para analizar lo sucedido y adoptar las medidas oportunas, cifró la presencia de agentes de la Ertzaintza ayer en San Mamés y sus aledaños en unos 200. Sin embargo, según la estimación realizada por DEIA, dicha cifra se situaría en torno a los 120. Y es que, según fuentes cercanas al dispositivo, el mismo estuvo formado por cinco furgonetas de agentes de Seguridad Ciudadana de Bilbao y ocho de antidisturbios. A éstas se sumaron las dos furgonetas que había desplazadas en el BEC con motivo del partido de Copa de baloncesto y que fueron llamadas de urgencia a San Mamés. En total, quince furgonetas -que pueden acoger un máximo de ocho ertzainas cada una- y poco más de un centenar de efectivos.
Preguntado en la Cadena Ser si, ante las actitudes tan salvajes observadas el jueves en San Mamés, aconsejaría el desplazamiento a Bruselas de los hinchas del Athletic para asistir al partido de vuelta, Ares dijo: "Nosotros haremos todas las gestiones con la Policía belga para que se garantice la seguridad de la expedición del Athletic, pero creo que es prudente, teniendo en cuenta los precedentes y las circunstancias que se han producido en Bilbao, limitar al máximo el viaje de aficionados".
Ares eludió la respuesta cuando fue preguntado si el departamento de Interior tenía constancia de la presencia de miembros de los Ultras Sur entre la hinchada del Anderlecht.
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