La Federación Alemana de Fútbol (DFB) llamó hoy al orden al Hertha Berlín, por los incidentes provocados ayer por 150 hinchas furibundos, que invadieron el campo del Estadio Olímpico tras una nueva derrota de su equipo que aboca a los capitalinos al descenso.
La comisión de control de la DFB apremió a la dirección del Hertha a dar explicaciones sobre lo ocurrido tras el partido contra el Núremberg, que acabó en victoria de los visitantes por 2-1, tras lo que grupos de aficionados se lanzaron sobre el campo con intención, al parecer, de invadir los vestuarios.
"Hay que dejar claro que eso no se puede consentir", afirmó por su parte el responsable de Seguridad de la DFB, Helmut Spahn.
El representante y ex jugador del Hertha, Michael Preetz, admitió que su club pasó "la hora más amarga de su historia", no tanto por la derrota que le condena al descenso, sino por el comportamiento de los hinchas.
"Es un día amargo, la peor hora en la historia del club", dijo Preetz, en relación a los disturbios protagonizados por unos 80 aficionados, primero, a los que se unieron otros tantos, después.
Los hinchas, armados con astas de banderas y otros objetos, generaron destrozos en el banquillo del Hertha y los jugadores tuvieron que ser protegidos por personal de seguridad, en primera línea, hasta que se personó la policía.
La prensa alemana recoge hoy profusamente las imágenes de la hinchada furibunda y Preetz retirándose entre lágrimas, mientras los jugadores buscaban refugio en los vestuarios y el personal de seguridad se apresuraba a proteger los accesos a éstos.
Preetz, quien lleva 14 años en el club y vivió asimismo una triste etapa del club en la segunda división, hasta lograr el ascenso a primera en 1997, considera que lo vivido ayer no es comparable a ninguna derrota deportiva.
El personal de seguridad logró evitar el ingreso de los hinchas iracundos en vestuarios, mientras los jugadores del Núremberg se retiraban asimismo rápidamente sin tiempo para festejar su victoria.
Cuatro agentes resultaron heridos de levedad y se practicaron unas 25 detenciones.
Fuentes policiales rechazaron hoy haber actuado con dilación a los primeros amagos de disturbios, como se afirmó en medios berlineses, según los cuales no reaccionaron a tiempo a la presencia de un grupo de conocidos hinchas violentos en las gradas.
La comisión de control de la DFB apremió a la dirección del Hertha a dar explicaciones sobre lo ocurrido tras el partido contra el Núremberg, que acabó en victoria de los visitantes por 2-1, tras lo que grupos de aficionados se lanzaron sobre el campo con intención, al parecer, de invadir los vestuarios.
"Hay que dejar claro que eso no se puede consentir", afirmó por su parte el responsable de Seguridad de la DFB, Helmut Spahn.
El representante y ex jugador del Hertha, Michael Preetz, admitió que su club pasó "la hora más amarga de su historia", no tanto por la derrota que le condena al descenso, sino por el comportamiento de los hinchas.
"Es un día amargo, la peor hora en la historia del club", dijo Preetz, en relación a los disturbios protagonizados por unos 80 aficionados, primero, a los que se unieron otros tantos, después.
Los hinchas, armados con astas de banderas y otros objetos, generaron destrozos en el banquillo del Hertha y los jugadores tuvieron que ser protegidos por personal de seguridad, en primera línea, hasta que se personó la policía.
La prensa alemana recoge hoy profusamente las imágenes de la hinchada furibunda y Preetz retirándose entre lágrimas, mientras los jugadores buscaban refugio en los vestuarios y el personal de seguridad se apresuraba a proteger los accesos a éstos.
Preetz, quien lleva 14 años en el club y vivió asimismo una triste etapa del club en la segunda división, hasta lograr el ascenso a primera en 1997, considera que lo vivido ayer no es comparable a ninguna derrota deportiva.
El personal de seguridad logró evitar el ingreso de los hinchas iracundos en vestuarios, mientras los jugadores del Núremberg se retiraban asimismo rápidamente sin tiempo para festejar su victoria.
Cuatro agentes resultaron heridos de levedad y se practicaron unas 25 detenciones.
Fuentes policiales rechazaron hoy haber actuado con dilación a los primeros amagos de disturbios, como se afirmó en medios berlineses, según los cuales no reaccionaron a tiempo a la presencia de un grupo de conocidos hinchas violentos en las gradas.
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