Los clubes alemanes de fútbol que no puedan contener a hinchas revoltosos deberían ser castigados con partidos a puertas cerradas, dijo el lunes el órgano que representa a la policía de ese país.
Docenas de aficionados del Hertha Berlin invadieron el sábado el campo de juego del estadio Olímpico tras una derrota 2-1 ante el Nuremberg, que hundió aún más al club capitalino en el último puesto de la Bundesliga.
Los hinchas, algunos de ellos armados con barras metálicas, destruyeron los bancos de suplentes del estadio y los carteles de publicidad, persiguiendo a auxiliares por toda la cancha mientras futbolistas y técnicos corrían hacia los vestuarios.
Cuatro autoridades resultaron levemente heridas y unas 30 personas fueron detenidas cuando la policía anti disturbios restauró el orden.
"Tiene que haber medidas más drásticas, y eso significa fútbol sin espectadores", manifestó a periodistas el presidente del sindicato de oficiales de policía de Alemania, Rainer Wendt.
"No estuve en el estadio, pero las imágenes televisivas mostraron claramente que los oficiales que estaban allí fueron completamente atosigados", agregó.
Wendt declaró que eran necesarias medidas más severas para que "los problemáticos realmente sientan que están dañando a sus clubes".
El funcionario no es el único que aboga por la aplicación de medidas drásticas, ya que el presidente de la liga alemana de fútbol (DFL), Reinhard Rauball, dijo que apoyaba totalmente las "penas severas".
"La DFL y los clubes (...) no tolerarán a hinchas violentos. Habrá un criterio unificado con la federación de fútbol (DFB) contra los aficionados que ocasionen disturbios", afirmó Rauball en un comunicado.
Los problemas con el público como protagonista son relativamente extraños en Alemania, donde los clubes generalmente son multados cuando los hinchas encienden bengalas en las tribunas.
Docenas de aficionados del Hertha Berlin invadieron el sábado el campo de juego del estadio Olímpico tras una derrota 2-1 ante el Nuremberg, que hundió aún más al club capitalino en el último puesto de la Bundesliga.
Los hinchas, algunos de ellos armados con barras metálicas, destruyeron los bancos de suplentes del estadio y los carteles de publicidad, persiguiendo a auxiliares por toda la cancha mientras futbolistas y técnicos corrían hacia los vestuarios.
Cuatro autoridades resultaron levemente heridas y unas 30 personas fueron detenidas cuando la policía anti disturbios restauró el orden.
"Tiene que haber medidas más drásticas, y eso significa fútbol sin espectadores", manifestó a periodistas el presidente del sindicato de oficiales de policía de Alemania, Rainer Wendt.
"No estuve en el estadio, pero las imágenes televisivas mostraron claramente que los oficiales que estaban allí fueron completamente atosigados", agregó.
Wendt declaró que eran necesarias medidas más severas para que "los problemáticos realmente sientan que están dañando a sus clubes".
El funcionario no es el único que aboga por la aplicación de medidas drásticas, ya que el presidente de la liga alemana de fútbol (DFL), Reinhard Rauball, dijo que apoyaba totalmente las "penas severas".
"La DFL y los clubes (...) no tolerarán a hinchas violentos. Habrá un criterio unificado con la federación de fútbol (DFB) contra los aficionados que ocasionen disturbios", afirmó Rauball en un comunicado.
Los problemas con el público como protagonista son relativamente extraños en Alemania, donde los clubes generalmente son multados cuando los hinchas encienden bengalas en las tribunas.
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