Un aficionado del Paris Saint Germain (PSG) que había sido apaleado el 28 de febrero en el transcurso del duelo entre el PSG y el Olympique de Marsella murió la noche del miércoles a causa de la gravedad de las heridas, segun confirmó ayer el ministro francés del Interior, Brice Hortefeux. “Era algo que temíamos”, declaró Hortefeux en una entrevista a la emisora de radio RTL, en alusión al estado crítico en que se encontraba la víctima desde que acaecieron los hechos.
El fallecido pertenecía a un grupúsculo ultra de los hinchas del PSG que se concentra en la curva de Boulogne, una de las tribunas del estadio. Según fuentes policiales, recibió una paliza de varios miembros de otro grupúsculo del mismo equipo, los de la curva Auteuil, y fue abandonado a su suerte. Por el momento, la policía ha arrestado a cinco ultras del PSG.
El equipo médico que le atendía certificó el pasado lunes que su estado era de muerte clínica. El titular de Interior manifestó que, “desde hace semanas”, han tomado “las medidas que hacían falta” para que este tipo de sucesos no se repitan y para que los aficionados “puedan ir al fútbol, también en familia, con tranquilidad”. Asimismo, señaló que se han “multiplicado las detenciones” y se ha prohibido a 662 personas, consideradas violentas, el acceso a los estadios.
Posteriormente, y en un comunicado, Hortefeux declaró que, de acuerdo con la directiva del PSG, el partido que este club tiene que disputar en Niza contra el equipo local el próximo sábado se celebrará a puerta cerrada y con un despliegue especial de policía en torno al estadio. “Si hay que ir más lejos, el Gobierno no dudará en hacerlo”, subrayó, para, a continuación, remachar: ” Y si hay que disolver grupos de hinchas, se disolverán”.
El fallecido pertenecía a un grupúsculo ultra de los hinchas del PSG que se concentra en la curva de Boulogne, una de las tribunas del estadio. Según fuentes policiales, recibió una paliza de varios miembros de otro grupúsculo del mismo equipo, los de la curva Auteuil, y fue abandonado a su suerte. Por el momento, la policía ha arrestado a cinco ultras del PSG.
El equipo médico que le atendía certificó el pasado lunes que su estado era de muerte clínica. El titular de Interior manifestó que, “desde hace semanas”, han tomado “las medidas que hacían falta” para que este tipo de sucesos no se repitan y para que los aficionados “puedan ir al fútbol, también en familia, con tranquilidad”. Asimismo, señaló que se han “multiplicado las detenciones” y se ha prohibido a 662 personas, consideradas violentas, el acceso a los estadios.
Posteriormente, y en un comunicado, Hortefeux declaró que, de acuerdo con la directiva del PSG, el partido que este club tiene que disputar en Niza contra el equipo local el próximo sábado se celebrará a puerta cerrada y con un despliegue especial de policía en torno al estadio. “Si hay que ir más lejos, el Gobierno no dudará en hacerlo”, subrayó, para, a continuación, remachar: ” Y si hay que disolver grupos de hinchas, se disolverán”.
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