El buen comportamiento de las aficiones de Tuilla y Langreo durante el derbi se vio empañado por los incidentes que se registraron, ya fuera de El Candín, entre unos pocos de ambas aficiones.
La disputa se inició cuando un grupo de unos veinte seguidores del Langreo, que se encontraban en el apeadero de la estación de tren de Tuilla esperando para regresar a sus lugares de origen después del encuentro, vio pasar entre los aficionados locales a varios familiares de David Villa, futbolista del Barcelona, campeón del mundo y de Europa con la selección española. Estos aficionados del Langreo empezaron entonces a gritar: «¡Villa, muérete!».
Esto encrespó los ánimos de la gente de Tuilla, un grupo de los cuales se fue hacia donde se encontraban los provocadores para reprenderles por sus palabras. Una vez estuvieron juntos ambos grupos la tensión creció considerablemente y comenzaron los insultos y las amenazas. La llegada de varios coches de la Guardia Civil evitó que la cosa fuese a mayores.
En cuanto a lo ocurrido dentro del campo, el Tuilla tuvo el control del partido durante la mayor parte del encuentro. Yoni, con un gran cabezazo, tradujo ese dominio en el marcador. Pero poco después un fallo defensivo del Tuilla puso en bandeja el empate al azulgrana Villa. En la segunda parte el partido fue muy trabado por la cantidad de faltas que se realizaron.
La disputa se inició cuando un grupo de unos veinte seguidores del Langreo, que se encontraban en el apeadero de la estación de tren de Tuilla esperando para regresar a sus lugares de origen después del encuentro, vio pasar entre los aficionados locales a varios familiares de David Villa, futbolista del Barcelona, campeón del mundo y de Europa con la selección española. Estos aficionados del Langreo empezaron entonces a gritar: «¡Villa, muérete!».
Esto encrespó los ánimos de la gente de Tuilla, un grupo de los cuales se fue hacia donde se encontraban los provocadores para reprenderles por sus palabras. Una vez estuvieron juntos ambos grupos la tensión creció considerablemente y comenzaron los insultos y las amenazas. La llegada de varios coches de la Guardia Civil evitó que la cosa fuese a mayores.
En cuanto a lo ocurrido dentro del campo, el Tuilla tuvo el control del partido durante la mayor parte del encuentro. Yoni, con un gran cabezazo, tradujo ese dominio en el marcador. Pero poco después un fallo defensivo del Tuilla puso en bandeja el empate al azulgrana Villa. En la segunda parte el partido fue muy trabado por la cantidad de faltas que se realizaron.
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