Los hinchas polacos sólo podrán acceder a los estadios de fútbol con entradas nominales y tras pasar escrupulosos controles de seguridad, medidas que pretenden evitar la entrada de aficionados violentos y poner fin a los habituales disturbios en las gradas de Polonia antes de la Eurocopa de 2012.
Esta nueva normativa, que entrará en vigor a partir del próximo sábado, obliga además a los clubes de la Primera División polaca (la Ekstraklasa) a sumarse a una base de datos conjunta donde figurarán todos los aficionados del país, destacan hoy los medios locales.
Esa base de datos permitirá poner en marcha un sistema de venta de entradas unificado, gracias al cual los hinchas radicales con antecedentes no podrán comprar billetes para ningún partido de la Ekstraklasa.
El nuevo sistema exige que los clubes verifiquen concienzudamente la identidad de todas las personas que ingresen en los estadios, y para eso tendrán que entregar una tarjeta con un número de identificación personal a cada uno de sus seguidores, que se sumará a la necesidad de identificarse con los habituales documentos de identidad.
Esta tarjeta de club debe tener una validez de cinco años y podrá ser revocable en caso de que el hincha sea sancionado por participar en actos violentos.
Todas estas medidas quieren acabar con los disturbios en las gradas de los estadios polacos, donde en los últimos años son comunes los enfrentamientos entre hinchadas y contra la policía.
Esta situación preocupa a la UEFA, ya que la próxima Eurocopa de fútbol se celebrará conjuntamente en Polonia y Ucrania, lo que ha obligado al país centroeuropeo a poner en marcha medidas que atajen la presencia de hinchas radicales en los estadios.
Esta nueva normativa, que entrará en vigor a partir del próximo sábado, obliga además a los clubes de la Primera División polaca (la Ekstraklasa) a sumarse a una base de datos conjunta donde figurarán todos los aficionados del país, destacan hoy los medios locales.
Esa base de datos permitirá poner en marcha un sistema de venta de entradas unificado, gracias al cual los hinchas radicales con antecedentes no podrán comprar billetes para ningún partido de la Ekstraklasa.
El nuevo sistema exige que los clubes verifiquen concienzudamente la identidad de todas las personas que ingresen en los estadios, y para eso tendrán que entregar una tarjeta con un número de identificación personal a cada uno de sus seguidores, que se sumará a la necesidad de identificarse con los habituales documentos de identidad.
Esta tarjeta de club debe tener una validez de cinco años y podrá ser revocable en caso de que el hincha sea sancionado por participar en actos violentos.
Todas estas medidas quieren acabar con los disturbios en las gradas de los estadios polacos, donde en los últimos años son comunes los enfrentamientos entre hinchadas y contra la policía.
Esta situación preocupa a la UEFA, ya que la próxima Eurocopa de fútbol se celebrará conjuntamente en Polonia y Ucrania, lo que ha obligado al país centroeuropeo a poner en marcha medidas que atajen la presencia de hinchas radicales en los estadios.
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