El Comité de Competición decidirá mañana cuándo y cómo se reanuda el partido Granada-Mallorca, suspendido a causa de la agresión que sufrió el juez de línea Xavi Aguilar en el minuto 61. Fue alcanzado por un paraguas lanzado desde la grada, que le causó una herida en el pómulo. El agresor, un joven de 15 años de origen magrebí, fue detenido de madrugada en el centro de acogida en que reside, al que fue a refugiarse de forma inmediata cuando se percató de la trascendencia de lo ocurrido. Ayer fue puesto en libertad y traslalado por la policía a dicho centro tras declarar ante la Fiscalía de Menores, que, según la Junta de Andalucía, ha llegado a la conclusión de que se trató de un suceso fortuito, sin intencionalidad alguna.
El menor, al parecer, lo que quiso hacer fue señalar con energía al juez de línea mientras le increpaba y el paraguas, en mal estado, se rompió. La parte superior fue a parar a la cara de Aguilar y el joven se quedó con el mango en la mano. El detenido en el mismo estadio fue un muchacho de 17 años, compañero del agresor, que colaboró con la policía. Ninguno de los dos es socio ni estaban entre los ultras de la Sección Kolokón, ubicados en una zona cercana. Habían sido invitados por el club, junto con otros 34 compañeros de la Escuela Deportiva para la Integración Intercultural Cájar Perica y ocho educadores.
El último antecedente de agresión a un miembro del cuerpo arbitral se remonta al 2006. Un asistente de Megía Dávila recibió un monedazo, el partido fue suspendido, se reanudó a puerta cerrada días después y el Valencia fue multado con 6.000 euros. Tres años antes, Téllez Sánchez, árbitro del Castellón-Valencia fue golpeado con un móvil en el minuto 82. Competición cerró cuatro partidos Castalia y los ocho minutos se disputaron a puerta cerrada.
El menor, al parecer, lo que quiso hacer fue señalar con energía al juez de línea mientras le increpaba y el paraguas, en mal estado, se rompió. La parte superior fue a parar a la cara de Aguilar y el joven se quedó con el mango en la mano. El detenido en el mismo estadio fue un muchacho de 17 años, compañero del agresor, que colaboró con la policía. Ninguno de los dos es socio ni estaban entre los ultras de la Sección Kolokón, ubicados en una zona cercana. Habían sido invitados por el club, junto con otros 34 compañeros de la Escuela Deportiva para la Integración Intercultural Cájar Perica y ocho educadores.
El último antecedente de agresión a un miembro del cuerpo arbitral se remonta al 2006. Un asistente de Megía Dávila recibió un monedazo, el partido fue suspendido, se reanudó a puerta cerrada días después y el Valencia fue multado con 6.000 euros. Tres años antes, Téllez Sánchez, árbitro del Castellón-Valencia fue golpeado con un móvil en el minuto 82. Competición cerró cuatro partidos Castalia y los ocho minutos se disputaron a puerta cerrada.
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