El Juzgado de lo Penal número 3 de la capital vallisoletana ha condenado a una pena de dos años de prisión por delito de lesiones a un joven de ideología neonazi, O.P.L, por propinar a un seguidor del Athletic Club una paliza con un candado tras el partido que el Real Valladolid y el equipo vasco disputaron el 8 de febrero de 2009 en el Estadio José Zorrilla.
Aunque el fiscal solicitaba inicialmente para el acusado y un amigo de éste, E.J.G, cuatro años de prisión por un delito de lesiones, con la agravante de disfraz, un acuerdo de las partes alcanzado a última hora redujo a dos años de privación de libertad la pena finalmente impuesta al primero de los imputados, junto con la correspondiente obligación de indemnizar a su víctima por las lesiones causadas, y a doce días de localización permanente la recaída sobre el segundo coacusado como autor de sendas faltas de maltrato de obra, según informaron fuentes jurídicas.
Los hechos se produjeron sobre las 18.30 horas del 8 de febrero de 2009, cuando O.P.L. y E.J.G, ambos de 23 años y conocidos integrantes del movimiento skinhead neonazi de Valladolid, según sostiene la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, se personaron en el Centro Comercial Carrefour, sito en la Avenida del Monasterio de Nuestra Señora del Prado, concretamente en el restaurante Mc Donalds, donde se encontraban dos jóvenes que llevaban puestas bufandas del Athletic de Bilbao.
Fue entonces cuando los ahora condenados, uno de ellos provisto de un un casco integral y otro de un pasamontañas, entraron en el establecimiento en el que se hallaban J.G.L. y J.B.C. y agredieron a ambos seguidores del Athletic, el primero de los cuales recibió un brutal golpe en la cabeza con un candado metálico tipo pitón, de los utilizados para asegurar las motocicletas, que le produjo una herida inciso contusa de 15 centímetros en la región occipital, un traumatismo craneoencefálico leve y distintas contusiones en el hombro y la espalda.
Las víctimas fueron expulsadas de Zorrilla por exhibir una bandera con el lema ''Euskal Presoak ETA Iheslariak Etxera''.
Los agredidos habían sido expulsados poco tiempo antes del partido que el Athletic disputaba con el Real Valladolid en el Estadio José Zorrilla, después de que un grupo de espectadores que se encontraba en la grada inferior se quejara de que aficionados del equipo bilbaíno situados en la parte de arriba les estaban lanzando distintos objetos, además de increparles y corearar gritos de ''Gora ETA'' y similares.
Ante ello, agentes de la Policía Nacional que participaban en el operativo de seguridad optaron por sacar a los dos radicales vascos de la grada y expulsarles del campo de fútbol, no sin antes denunciarles por exhibir una bandera con el lema ''Euskal Presoak ETA Iheslariak Etxera''. A raíz de dicha denuncia, la Delegación del Gobierno en Castilla y León sancionó a ambos hinchas del Athletic con multas de 3.001 euros y la prohición de acceder a cualquier recinto deportivo por un periodo de seis meses.
Aunque el fiscal solicitaba inicialmente para el acusado y un amigo de éste, E.J.G, cuatro años de prisión por un delito de lesiones, con la agravante de disfraz, un acuerdo de las partes alcanzado a última hora redujo a dos años de privación de libertad la pena finalmente impuesta al primero de los imputados, junto con la correspondiente obligación de indemnizar a su víctima por las lesiones causadas, y a doce días de localización permanente la recaída sobre el segundo coacusado como autor de sendas faltas de maltrato de obra, según informaron fuentes jurídicas.
Los hechos se produjeron sobre las 18.30 horas del 8 de febrero de 2009, cuando O.P.L. y E.J.G, ambos de 23 años y conocidos integrantes del movimiento skinhead neonazi de Valladolid, según sostiene la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional, se personaron en el Centro Comercial Carrefour, sito en la Avenida del Monasterio de Nuestra Señora del Prado, concretamente en el restaurante Mc Donalds, donde se encontraban dos jóvenes que llevaban puestas bufandas del Athletic de Bilbao.
Fue entonces cuando los ahora condenados, uno de ellos provisto de un un casco integral y otro de un pasamontañas, entraron en el establecimiento en el que se hallaban J.G.L. y J.B.C. y agredieron a ambos seguidores del Athletic, el primero de los cuales recibió un brutal golpe en la cabeza con un candado metálico tipo pitón, de los utilizados para asegurar las motocicletas, que le produjo una herida inciso contusa de 15 centímetros en la región occipital, un traumatismo craneoencefálico leve y distintas contusiones en el hombro y la espalda.
Las víctimas fueron expulsadas de Zorrilla por exhibir una bandera con el lema ''Euskal Presoak ETA Iheslariak Etxera''.
Los agredidos habían sido expulsados poco tiempo antes del partido que el Athletic disputaba con el Real Valladolid en el Estadio José Zorrilla, después de que un grupo de espectadores que se encontraba en la grada inferior se quejara de que aficionados del equipo bilbaíno situados en la parte de arriba les estaban lanzando distintos objetos, además de increparles y corearar gritos de ''Gora ETA'' y similares.
Ante ello, agentes de la Policía Nacional que participaban en el operativo de seguridad optaron por sacar a los dos radicales vascos de la grada y expulsarles del campo de fútbol, no sin antes denunciarles por exhibir una bandera con el lema ''Euskal Presoak ETA Iheslariak Etxera''. A raíz de dicha denuncia, la Delegación del Gobierno en Castilla y León sancionó a ambos hinchas del Athletic con multas de 3.001 euros y la prohición de acceder a cualquier recinto deportivo por un periodo de seis meses.
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