En la Argentina ya se empezó a jugar el primer Superclásico de 2012. Al menos, desde las palabras. A poco más de 20 días del amistoso de verano en el que se reencontrarán el campeón Boca Juniors y el descendido River Plate en la provincia de Chaco (25/1), los protagonistas comenzaron a calentar el derby. Aunque desde el club Millonario hayan dejado en claro por diferentes vías que no les agrada ni un poco tener que participar en este pulso. "Nosotros no nos hacemos cargo de lo que pueda pasar", afirmó el presidente Daniel Passarella con cierta preocupación por un eventual cruce de ultras de ambas aficiones. La seguridad es un tema que alarma a todo el ambiente del fútbol argentino. Desde el lado de Boca, en cambio, el presidente Daniel Angelici trató de bajarle la temperatura al enfrentamiento: "El contrato está firmado y cobrado y nosotros vamos a cumplirlo. Hay que quitarle dramatismo a estos partidos", destacó.
Una postura similar a la de Passarella tuvo el entrenador Matías Almeyda, quien subrayó: "El Superclásico puede ser un desastre. No me gustaría que después se diga 'Almeyda tenía razón'. Estos partidos no sirven para nada. Si ganas, se olvidan a los tres días y si pierdes hasta han echado técnicos. Jugar Clásicos es lo más lindo que tiene el fútbol, pero no es momento de jugar este clásico. Todos los sabemos. Es un peligro. Ojalá y Dios quiera no pase nada. No es el tema de los violentos. No están dadas las circunstancias porque River está en el Nacional B y Boca es campeón de la A. ¿El hincha de River va a apoyar las cargas? ¿Nosotros vamos a respaldar eso? Va a ser un desastre", dijo. El 29 de enero, en Mendoza, se disputará el derby revancha.
En cambio, entre los futbolistas le pusieron un poco de picante al pulso: "Si les ganamos, se les viene la noche", desafío el exvalencianista Alejandro Domínguez, actualmente a préstamo en River. "Acabamos de salir campeones. Si perdemos no va a ser un tiro en el corazón", ironizó el lateral xeneize Clemente Rodríguez desde la vereda opuesta. Aunque estén en diferentes categorías, la rivalidad entre Boca y River sigue tan grande como siempre.
Una postura similar a la de Passarella tuvo el entrenador Matías Almeyda, quien subrayó: "El Superclásico puede ser un desastre. No me gustaría que después se diga 'Almeyda tenía razón'. Estos partidos no sirven para nada. Si ganas, se olvidan a los tres días y si pierdes hasta han echado técnicos. Jugar Clásicos es lo más lindo que tiene el fútbol, pero no es momento de jugar este clásico. Todos los sabemos. Es un peligro. Ojalá y Dios quiera no pase nada. No es el tema de los violentos. No están dadas las circunstancias porque River está en el Nacional B y Boca es campeón de la A. ¿El hincha de River va a apoyar las cargas? ¿Nosotros vamos a respaldar eso? Va a ser un desastre", dijo. El 29 de enero, en Mendoza, se disputará el derby revancha.
En cambio, entre los futbolistas le pusieron un poco de picante al pulso: "Si les ganamos, se les viene la noche", desafío el exvalencianista Alejandro Domínguez, actualmente a préstamo en River. "Acabamos de salir campeones. Si perdemos no va a ser un tiro en el corazón", ironizó el lateral xeneize Clemente Rodríguez desde la vereda opuesta. Aunque estén en diferentes categorías, la rivalidad entre Boca y River sigue tan grande como siempre.
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