«Queremos que los aficionados se conciencien de que la Federación Gallega de Fútbol no va a consentir que haya invasiones de público sin que se produzca un castigo por ello. Nuestras competiciones son serias y queremos que sepan que si hay incidentes de este tipo que provoquen la suspensión de un partido, el Comité de Competición lo va a castigar con dureza», exponen desde el ente organizador del fútbol más modesto en Galicia.
Palabras que van acompañadas con los actos, porque esta misma semana el Comité ha cerrado los campos del equipo santiagués del Chaián y del ourensano de Cartelle, por respectivos altercados de público. En ambos casos, el juez ha aplicado el artículo 92.1 y ha sentenciado: «vista el acta arbitral del partido de referencia (...) y la gravedad de los hechos descritos en la misma, y tratándose la primera vez en la temporada se acuerda la imposición de multa al club por alteración del orden del encuentro de carácter grave, en relación con el artículo 11 del mismo texto reglamentario, y dos partidos a puerta cerrada así como la reanudación del partido suspendido, también a puerta cerrada», rezan ambos partes.
Sanciones muy duras, que se extenderán a lo largo de la temporada a más clubes siempre que se produzca una invasión de público que provoque la suspensión del encuentro. Y es que la Federación Gallega de Fútbol ha introducido una variación en su reglamento general este mismo verano, para dotar a los comités de esta potestad. «Antes era cerrar un campo y el equipo iba a jugar a dos o tres kilómetros con toda la afición igual allí. Al final pagaba el club y los seguidores, que eran los verdaderos culpables, no. Por eso, con la nueva reglamentación, queremos que el público sepa que si producen incidentes, se van a quedar sin fútbol un tiempo», explican desde la Federación.
El Cartelle y el Chaián son los primeros equipos en ser sancionados con jugar a puerta cerrada por este motivo. El equipo ourensano obtuvo este castigo tras la suspensión de su duelo del grupo 10 de Segunda Autonómica contra el Maceda, a raíz de la agresión a un rival de Pablo Fernández Pumar (sancionado con 8 partidos). A partir de ahí, se produjeron diversas tanganas, con el público invadiendo el campo, motivando que la colegiada Erea Nogueiras Martínez decretase la suspensión.
El otro incidente grave se produjo en un Chaián-Lamela, del grupo 6 de Segunda, cuando a raíz de un gol de penalti, el 0-1, a tres minutos del final. El visitante Xenxo Goldar provocó «la animosidad del público obteniendo tal propósito», hecho por el que fue castigado con seis partidos, derivando la acción en una invasión. El colegiado Jonathan Losas Otero acabó suspendiendo el duelo.
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