La Curva Nord alentará esta noche durante la presentación del equipo y el partido ante el Atalanta. Lo hará porque ayer, tan sólo unas horas después de que la grada joven comunicara que iba a cesar la animación, Mateo Alemany culminó la negociación con los responsables de la CN10 para permitir el regreso de los aficionados que fueron expulsados de Mestalla. El acuerdo entre el club y la grada joven permitió el comunicado del Valencia para desbloquear definitivamente uno de los asuntos enquistados durante la administración Lim.
El club vinculó el acuerdo al compromiso por parte de la Curva Nord de evitar cualquier manifestación violenta. «De acuerdo con el objetivo de lograr un óptimo ambiente de animación en Mestalla y, dentro del compromiso de tolerancia cero hacia cualquier tipo de violencia en Mestalla, el Valencia va a permitir el reingreso en la Grada Jove Mario Alberto Kempes de los aficionados que fueron expulsados, miembros de la asociación Curva Nord, tras comprometerse estos de modo expreso a aceptar las condiciones impuestas por el club de cumplir con el comportamiento cívico ejemplar exigible en todo recinto deportivo», explicaba el comunicado.
El primer punto de fricción llegó a finales de junio del año pasado, cuando Peter Draper anunciaba que la grada joven quedaba restringida para los aficionados en edades comprendidas entre 16 y 30 años. La Curva Nord protestó enérgicamente por la medida, pero el club decidió seguir hacia adelante hasta reaccionar, a mediados de la temporada, permitiendo la vuelta de los seguidores de más de treinta años, aunque no regresaron todos. Con el equipo metido en muchos problemas deportivos, la grada también sufría el silencio proveniente de la Curva Nord. Y tanto Anil Murthy como Mateo Alemany se interesaron por el conflicto para intentar llegar a un acuerdo con la grada joven.
En los últimos meses se han ido sucediendo las reuniones entre los responsables de la Curva Nord y el club, representado por Alemany y el director de seguridad, Julián Suescum. En esta recta final y metido de lleno en la planificación del equipo, Alemany se ausentó de algunos de esos encuentros, pero fue él quién ayer por la mañana desbloqueó definitivamente la vuelta de los expulsados a Mestalla. Una de las condiciones innegociables que puso el club es que la Curva Nord se integre dentro de la Agrupación de Peñas, un punto aceptado por los miembros de la grada joven. Hay además dos seguidores multados anteriormente por Antiviolencia que tampoco han podido recuperar su butaca para entrar a Mestalla.
«Todos los aficionados de Curva Nord, que se integrará en la Agrupació de Penyes, se comprometen de modo expreso a ayudar a cumplir el objetivo de la Grada Jove, generar un óptimo ambiente de animación, bajo las condiciones impuestas por el Valencia de evitar y erradicar, en su caso, cualquier tipo de violencia física o verbal», señaló el club, que el miércoles anunciaba la integración en la Curva Nord de nuevos seguidores de entre 16 y 23 años que pagan 111 euros (accionistas) y 131 (simples abonados) por temporada.
El club vinculó el acuerdo al compromiso por parte de la Curva Nord de evitar cualquier manifestación violenta. «De acuerdo con el objetivo de lograr un óptimo ambiente de animación en Mestalla y, dentro del compromiso de tolerancia cero hacia cualquier tipo de violencia en Mestalla, el Valencia va a permitir el reingreso en la Grada Jove Mario Alberto Kempes de los aficionados que fueron expulsados, miembros de la asociación Curva Nord, tras comprometerse estos de modo expreso a aceptar las condiciones impuestas por el club de cumplir con el comportamiento cívico ejemplar exigible en todo recinto deportivo», explicaba el comunicado.
El primer punto de fricción llegó a finales de junio del año pasado, cuando Peter Draper anunciaba que la grada joven quedaba restringida para los aficionados en edades comprendidas entre 16 y 30 años. La Curva Nord protestó enérgicamente por la medida, pero el club decidió seguir hacia adelante hasta reaccionar, a mediados de la temporada, permitiendo la vuelta de los seguidores de más de treinta años, aunque no regresaron todos. Con el equipo metido en muchos problemas deportivos, la grada también sufría el silencio proveniente de la Curva Nord. Y tanto Anil Murthy como Mateo Alemany se interesaron por el conflicto para intentar llegar a un acuerdo con la grada joven.
En los últimos meses se han ido sucediendo las reuniones entre los responsables de la Curva Nord y el club, representado por Alemany y el director de seguridad, Julián Suescum. En esta recta final y metido de lleno en la planificación del equipo, Alemany se ausentó de algunos de esos encuentros, pero fue él quién ayer por la mañana desbloqueó definitivamente la vuelta de los expulsados a Mestalla. Una de las condiciones innegociables que puso el club es que la Curva Nord se integre dentro de la Agrupación de Peñas, un punto aceptado por los miembros de la grada joven. Hay además dos seguidores multados anteriormente por Antiviolencia que tampoco han podido recuperar su butaca para entrar a Mestalla.
«Todos los aficionados de Curva Nord, que se integrará en la Agrupació de Penyes, se comprometen de modo expreso a ayudar a cumplir el objetivo de la Grada Jove, generar un óptimo ambiente de animación, bajo las condiciones impuestas por el Valencia de evitar y erradicar, en su caso, cualquier tipo de violencia física o verbal», señaló el club, que el miércoles anunciaba la integración en la Curva Nord de nuevos seguidores de entre 16 y 23 años que pagan 111 euros (accionistas) y 131 (simples abonados) por temporada.
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