Se anunciaba una nutrida representación de la fiel infantería verdiblanca en las gradas del José Rico Pérez y así ocurrió. Incluso la llegada del autobús del equipo bético al estadio parecía anunciar un partido de altura, ante el centenar de hinchas que esperaban para mostrar su apoyo. Ni el descenso de categoría, ni el varapalo de la Copa del Rey o la ausencia de detalles por parte de los dirigentes béticos han frenado la ilusión de una afición que seguirá más que nunca con su equipo.
El comportamiento del más de un millar de béticos que se dieron cita en el estadio fue ejemplar. Ánimos a los jugadores, locura con los goles y decepción final tras el tanto de Sendoa, pero ni un solo incidente. No se puede decir lo mismo de un grupo de hinchas que se dedicaron a crear mal ambiente, por lo que las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a intervenir en los aledaños del estadio. La Policía Nacional acabó deteniendo a nueve individuos, que hoy pasarán a disposición judicial. Según explicó José Alcaraz, consejero de Peñas y de Seguridad del Hércules, la Policía actuó en un local cercano al Rico Pérez después de que aficionados ultras del Betis causaran algunos destrozos. Incluso se llegó a producir una pequeña carga policial sin que la situación fuera más allá de los nueve detenidos con los que acabó la operación.
Pero la actuación de los energúmenos de siempre no empañó el colorido de la grada. Incluso en el propio hotel de concentración, donde se reunieron más de cien personas para conseguir esa fotografía tan deseada con sus ídolos. Béticos de toda la zona levantina, a los que se unieron muchos llegados desde Sevilla, que quisieron estar junto a su equipo en su primera aventura en el infierno de la Liga Adelante.
El club anunció hace unos días que ha sobrepasado los 30.000 abonados, lo que le convierte en el octavo equipo español en número de socios y el primero, con amplia diferencia, de Segunda. Quizás se hace necesario un gesto de Lopera que permitiera al beticismo disfrutar más de su equipo.
El comportamiento del más de un millar de béticos que se dieron cita en el estadio fue ejemplar. Ánimos a los jugadores, locura con los goles y decepción final tras el tanto de Sendoa, pero ni un solo incidente. No se puede decir lo mismo de un grupo de hinchas que se dedicaron a crear mal ambiente, por lo que las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a intervenir en los aledaños del estadio. La Policía Nacional acabó deteniendo a nueve individuos, que hoy pasarán a disposición judicial. Según explicó José Alcaraz, consejero de Peñas y de Seguridad del Hércules, la Policía actuó en un local cercano al Rico Pérez después de que aficionados ultras del Betis causaran algunos destrozos. Incluso se llegó a producir una pequeña carga policial sin que la situación fuera más allá de los nueve detenidos con los que acabó la operación.
Pero la actuación de los energúmenos de siempre no empañó el colorido de la grada. Incluso en el propio hotel de concentración, donde se reunieron más de cien personas para conseguir esa fotografía tan deseada con sus ídolos. Béticos de toda la zona levantina, a los que se unieron muchos llegados desde Sevilla, que quisieron estar junto a su equipo en su primera aventura en el infierno de la Liga Adelante.
El club anunció hace unos días que ha sobrepasado los 30.000 abonados, lo que le convierte en el octavo equipo español en número de socios y el primero, con amplia diferencia, de Segunda. Quizás se hace necesario un gesto de Lopera que permitiera al beticismo disfrutar más de su equipo.
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