"No somos ángeles, ni demonios", afirmó la barra brava del Napoli, al denunciar un complot en su contra y en relación con los desmanes durante su viaje a Roma, en la primera fecha del "calcio".
"Queremos que la gente de Nápoles, nuestras familias y amigos sepan que los ultras que viajaron a Roma no lo hicieron con ánimos beligerantes", explicaron los referentes de la facción más violenta de la hinchada napolitana. "Por cierto, no somos ángeles, pero tampoco delincuentes, camorristas o monstruos", agregaron los representantes de la parcialidad del Napoli que suelen ocupar las "curvas" A y B en el estadio San Paolo.
"El domingo, queríamos aprovechar la oportunidad que se nos concedió para alentar al equipo de visitante, pero evidentemente hubo un plan contra nosotros, una trampa", explicaron los fanáticos, que no podrán concurrir a los estadios cuando su equipo juegue de visitante. "Si tenemos que quedarnos en casa un año sin ir a la cancha está bien, pero no queremos que se nos criminalice", aseguraron, antes de expresar su respaldo al presidente del club, Aurelio De Laurentis, quien amenazó con renunciar.
"Estamos dispuestos a hacernos cargo de los daños ocasionados, pero queremos aclarar que se dijeron muchas mentiras sobre nosotros", completaron los hinchas del Napoli, que provocaron destrozos en trenes y autobuses en su viaje a Roma.
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