San Mamés vivió ayer 25 segundos de silencio para condenar el doble asesinato perpetrado por ETA en Mallorca. La mayoría de los cerca de 30.000 asistentes al regreso europeo del Athletic -tres cuartos de entrada en el terreno de juego bilbaíno- fue respetuosa con ese gesto simbólico impulsado por la junta directiva presidida por Fernando García Macua. Sólo unos silbidos en el Fondo Norte, zona en la que se asienta 'Herri Norte', un grupo de aficionados afines a la izquierda radical abertzale, rompieron ese signo de homenaje hacia los dos guardias civiles a los que ayer la banda arrebató la vida.
Fueron 25 segundos de silencio -la denominación de 'minuto' es un tópico- que los espectadores de ETB no pudieron presenciar en directo. Cuando Costas Kapitanis, el árbitro chipriota que dirigió el partido, dio por iniciado el momento de duelo, la televisión autonómica vasca emitía publicidad. Al conectar, la eliminatoria de ida de la European League echaba a andar; eso sí, dos minutos antes del horario fijado por la UEFA.
De esta manera, los aficionados que estaban atentos a su televisor no vieron a los jugadores del Athletic -algunos con la cabeza baja, como Fernando Amorebieta- y del Young Boys colocados alrededor del círculo central con las manos a la espalda. Tampoco escucharon los pitos, ni observaron las caras de hastío e incluso dolor por la sinrazón terrorista de algunos hinchas rojiblancos. Tampoco se dieron cuenta del respeto que expresaron los alrededor de 200 seguidores del cuadro helvético que se desplazaron hasta Bilbao para presenciar este partido continental.
Esos 25 segundos, de todos modos, superaron los ocho que Ayza Gámez permitió hace año y medio, cuando ETA mató al ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco. En aquella ocasión, García Macua y su directiva decidieron convocar el minuto de silencio «por el asesinato perpetrado en Arrasate» y «atendiendo a la recomendación de la Liga de Fútbol Profesional». El árbitro de aquel encuentro contra el Valladolid dio por finalizado aquel «instante» de silencio -así lo definió el propio colegiado en su acta-, el primero de la historia por un atentado, por el sabotaje de los radicales, como ayer concentrados en el Fondo Norte.
Consulta a la UEFA
A pesar de aquellos silbidos aislados en algunas zonas de San Mamés, el órgano de gobierno rojiblanco apostó por repetir ayer la experiencia. Por decir 'no' a ETA en 'La Catedral'. Para desarrollar este gesto, los directivos bilbaínos comunicaron al delegado de la UEFA su intención. Éste consultó a la entidad dirigida por Michel Platini para solicitar su permiso. No hubo ningún problema. Visto bueno al minuto de silencio por parte de la asociación europea para rendir homenaje a Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salva Lezaun.
Pero ayer los radicales no se limitaron a entorpecer ese gesto de repulsa a los asesinatos. Al menos en una ocasión, alrededor del minuto 40 de la primera parte, comenzaron a lanzar consignas en favor de la «independencia de Euskal Herria».
Fueron 25 segundos de silencio -la denominación de 'minuto' es un tópico- que los espectadores de ETB no pudieron presenciar en directo. Cuando Costas Kapitanis, el árbitro chipriota que dirigió el partido, dio por iniciado el momento de duelo, la televisión autonómica vasca emitía publicidad. Al conectar, la eliminatoria de ida de la European League echaba a andar; eso sí, dos minutos antes del horario fijado por la UEFA.
De esta manera, los aficionados que estaban atentos a su televisor no vieron a los jugadores del Athletic -algunos con la cabeza baja, como Fernando Amorebieta- y del Young Boys colocados alrededor del círculo central con las manos a la espalda. Tampoco escucharon los pitos, ni observaron las caras de hastío e incluso dolor por la sinrazón terrorista de algunos hinchas rojiblancos. Tampoco se dieron cuenta del respeto que expresaron los alrededor de 200 seguidores del cuadro helvético que se desplazaron hasta Bilbao para presenciar este partido continental.
Esos 25 segundos, de todos modos, superaron los ocho que Ayza Gámez permitió hace año y medio, cuando ETA mató al ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco. En aquella ocasión, García Macua y su directiva decidieron convocar el minuto de silencio «por el asesinato perpetrado en Arrasate» y «atendiendo a la recomendación de la Liga de Fútbol Profesional». El árbitro de aquel encuentro contra el Valladolid dio por finalizado aquel «instante» de silencio -así lo definió el propio colegiado en su acta-, el primero de la historia por un atentado, por el sabotaje de los radicales, como ayer concentrados en el Fondo Norte.
Consulta a la UEFA
A pesar de aquellos silbidos aislados en algunas zonas de San Mamés, el órgano de gobierno rojiblanco apostó por repetir ayer la experiencia. Por decir 'no' a ETA en 'La Catedral'. Para desarrollar este gesto, los directivos bilbaínos comunicaron al delegado de la UEFA su intención. Éste consultó a la entidad dirigida por Michel Platini para solicitar su permiso. No hubo ningún problema. Visto bueno al minuto de silencio por parte de la asociación europea para rendir homenaje a Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salva Lezaun.
Pero ayer los radicales no se limitaron a entorpecer ese gesto de repulsa a los asesinatos. Al menos en una ocasión, alrededor del minuto 40 de la primera parte, comenzaron a lanzar consignas en favor de la «independencia de Euskal Herria».
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