Al menos dos personas murieron por balazos y más de 15 sufrieron heridas el domingo en Honduras en una reyerta entre fanáticos de los dos equipos de fútbol más populares de un país envuelto en tensiones tras un golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya.
Las barras de los equipos Olimpia y Motagua (el juego terminó 0-0), acérrimos rivales del fútbol en la nación centroamericana, se enfrentaron a tiros tras el partido del domingo en las afueras del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, dijeron oficiales de policía y cuerpos de socorro.
"Hay dos muertos y más de 15 personas heridas o lesionadas", dijo el portavoz del ministerio de Seguridad, Orlin Cerrato.
Los incidentes son los peores en la última década en la liga profesional de fútbol de la empobrecida nación, donde las tensiones han ido en aumento entre manifestaciones de simpatizantes del depuesto Zelaya, quien fue expulsado del país por militares el 28 de junio y quien busca regresar al poder.
Los efectivos policiales lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Entre los heridos, al menos siete -uno de ellos un oficial de policía- fueron alcanzados por los disparos, dijo un portavoz de los bomberos.
Cuarenta personas fueron arrestadas por la policía que investiga a los responsables de las muertes y los heridos, dijo Cerrato.
Las barras de los equipos Olimpia y Motagua (el juego terminó 0-0), acérrimos rivales del fútbol en la nación centroamericana, se enfrentaron a tiros tras el partido del domingo en las afueras del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino, dijeron oficiales de policía y cuerpos de socorro.
"Hay dos muertos y más de 15 personas heridas o lesionadas", dijo el portavoz del ministerio de Seguridad, Orlin Cerrato.
Los incidentes son los peores en la última década en la liga profesional de fútbol de la empobrecida nación, donde las tensiones han ido en aumento entre manifestaciones de simpatizantes del depuesto Zelaya, quien fue expulsado del país por militares el 28 de junio y quien busca regresar al poder.
Los efectivos policiales lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Entre los heridos, al menos siete -uno de ellos un oficial de policía- fueron alcanzados por los disparos, dijo un portavoz de los bomberos.
Cuarenta personas fueron arrestadas por la policía que investiga a los responsables de las muertes y los heridos, dijo Cerrato.
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