Como suele ser habitual en La Rosaleda, los aficionados azulinos tuvieron problemas nada más llegar a las inmediaciones del estadio y la Policía tuvo que cargar para evitar incidentes mayores.
Además, el autobús que desplazó a Juventudes Xerecistas acabó con varias lunas rotas cuando se encontraba estacionado a un par de manzanas del estadio. Peor fue a la salida, y es que unos veinte ultras malagueños esperaron a los autobuses del Kolectivo Sur y de Juventudes, a los que lanzaron varias piedras rompiendo una luna del autocar del primero y otra del segundo, agrietando otras dos según confirmó un miembro de la peña azulina.
Y si sufrieron al comienzo del choque -la Policía también tuvo que actuar porque algunos hinchas locales comenzaron a tirar botellas a los azulinos- y antes de acceder al estadio, mucho más les tocó padecer una vez dentro del campo. Fueron recibidos con gritos de 'a Segunda, a Segunda' y con eso de 'Chapín es un futbolín, Chapín es futbolín' o 'Sevilla y Jerez la misma m... es'. Vamos, un recital de cánticos impropios de unos aficionados que se consideran de Primera.
Al final, los casi 200 aficionados azulinos disfrutaron como nunca lo habían podido hacer en un desplazamiento hasta ahora. Celebraron por todo lo alto los goles de Momo, Leandro y el espectacular de Orellana, que dejó mundo a un estadio que sólo tuvo el torpe recurso de volver a cantar 'a Segunda oé' para justificar la derrota de un equipo que fue desastre sobre el campo.
Además, el autobús que desplazó a Juventudes Xerecistas acabó con varias lunas rotas cuando se encontraba estacionado a un par de manzanas del estadio. Peor fue a la salida, y es que unos veinte ultras malagueños esperaron a los autobuses del Kolectivo Sur y de Juventudes, a los que lanzaron varias piedras rompiendo una luna del autocar del primero y otra del segundo, agrietando otras dos según confirmó un miembro de la peña azulina.
Y si sufrieron al comienzo del choque -la Policía también tuvo que actuar porque algunos hinchas locales comenzaron a tirar botellas a los azulinos- y antes de acceder al estadio, mucho más les tocó padecer una vez dentro del campo. Fueron recibidos con gritos de 'a Segunda, a Segunda' y con eso de 'Chapín es un futbolín, Chapín es futbolín' o 'Sevilla y Jerez la misma m... es'. Vamos, un recital de cánticos impropios de unos aficionados que se consideran de Primera.
Al final, los casi 200 aficionados azulinos disfrutaron como nunca lo habían podido hacer en un desplazamiento hasta ahora. Celebraron por todo lo alto los goles de Momo, Leandro y el espectacular de Orellana, que dejó mundo a un estadio que sólo tuvo el torpe recurso de volver a cantar 'a Segunda oé' para justificar la derrota de un equipo que fue desastre sobre el campo.
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