Cada vez que el número nueve de Inglaterra tenía el balón, empezaba de nuevo. No sólo ruidos desagradables, sino gestos también.
El abuso era hostil, lleno de odio y, ciertamente, no relacionado con el futbol.
Ashley Young fue el blanco de los aficionados búlgaros no por ser un gran jugador —que ha iluminado las primeras etapas de la temporada de la Liga Premier Inglesa con el Manchester United—, sino porque es negro.
Sonidos de monos y saludos nazis parecen un retroceso a los días más oscuros en que el color de la piel determinaba el trato de una persona dentro de la sociedad.
Sin embargo, las acciones de una minoría en Sofía, la capital búlgara, a principios de este mes mostraron que, en algunos países, las actitudes que parecen fuera de lugar en el mundo multicultural actual aún son frecuentes. El entrenador alemán de Bulgaria, Lothar Matthäus, quien fue despedido desde entonces, estaba tan avergonzado por el comportamiento de los aficionados que se disculpó públicamente tras el partido.
La terrible nube del racismo parece flotar como una sombra sobre el futbol, y toda Europa del Este, pero con las finales de la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania en el horizonte, una campaña para asegurarse de que tal comportamiento sea eliminado de los estadios se está acelerando.
Rafal Pankowski dirige la organización Never Again, con sede en Polonia, que trabaja en estrecha colaboración con el órgano administrativo del futbol europeo UEFA y Football Against Racism in Europe (FARE). Su objetivo colectivo es combatir el racismo en el futbol de Europa del Este, con especial énfasis en los coanfitriones del torneo del próximo año.
“Por desgracia, parece que el racismo está profundamente arraigado en la cultura del futbol, especialmente en Europa del Este”, dijo Pankowski a CNN. “Por supuesto que es un problema más amplio, que afecta a países como España e Italia, pero es un problema real en Europa del Este.
“Apreciamos las medidas e iniciativas que está tomando la UEFA, pero todavía estamos muy lejos de erradicar el problema y simplemente no es algo que pueda ser eliminado de la noche a la mañana”.
A principios de este año, Never Again publicó un informe llamado Hateful, que documenta el número de incidentes racistas en Polonia y Ucrania.
En él se detallaban 195 casos individuales de conductas racistas y discriminatorias en un período de 18 meses entre septiembre de 2009 y marzo de 2011, una cifra que pone de relieve la cantidad de trabajo que aún queda por hacer.
“Hay buena voluntad en la cima de la UEFA para tratar el tema, pero su verdadero compromiso no se traduce al nivel de las federaciones nacionales de futbol y aquí es donde más sensibilización hay que hacer”, dijo Pankowski.
“Es por eso que fue un paso positivo cuando Matthaus se pronunció sobre el comportamiento de los aficionados. A menudo, los funcionarios minimizan el problema, pretenden que no existe o lo niegan”.
Pankowski considera que, para resolver lo que él considera sobre todo un problema social, las personas deben ser conscientes de que las conductas racistas suceden.
“Monitorear los incidentes cuando se producen, y lidiar con ellos, es un gran paso adelante. Nuestro reporte mostró la magnitud del problema, pero estamos usando la Eurocopa 2012 como una oportunidad para promover la conciencia de que el racismo es malo para el futbol y malo para la sociedad en su conjunto”, dijo.
“También damos asesoramiento y formación a los clubes sobre la manera de lidiar con el tema. Les proporcionamos un CD que contiene información sobre los símbolos racistas y los educa en los comportamientos que deben advertir”.
En las últimas temporadas se han dado muchos incidentes racistas de alto perfil hacia jugadores en las últimas temporadas, y la estrella africana Samuel Eto'o ha sido atacada en varias ocasiones.
En 2006, cuando jugaba en el Barcelona, el delantero camerunés estaba tan indignado por los cánticos de los aficionados de Zaragoza que abandonó el terreno.
Luego, en 2010, mientras jugaba con el equipo italiano Inter de Milán, el juego se interrumpió durante tres minutos después de que Eto'o fuera abusado por los partidarios del Cagliari de Sicilia.
La leyenda brasileña Roberto Carlos sufrió en dos ocasiones abusos raciales este año cuando jugaba en el equipo ruso Anzhi Makhachkala; en una ocasión pidió ser sustituido, casi con lágrimas, después de recoger un plátano que le lanzaron desde las gradas.
Paul Davis, que jugó en el club inglés Arsenal durante 15 años hasta 1995, dijo a CNN que los jugadores negros de la actualidad pueden hacer una diferencia al reaccionar de tal manera.
“Los jugadores tienen ahora tanto poder, si un jugador negro sale del césped, las repercusiones serían enormes. Cambiarían el juego para mejor”, dijo el exjugador de 49 años de edad, que representó a Inglaterra en el nivel Sub-21.
“Antes, cuando yo jugaba, era inconcebible que un jugador caminará fuera de la cancha por ser insultado de manera racista por parte de los aficionados. Pero es bueno poner de relieve el problema y que la gente sepa cuán fuertes son sus opiniones al respecto. Y espero que lentamente se dará un cambio”.
El racismo parece particularmente endémico en el futbol ruso, una experiencia que Keir Radnedge de la revista World Soccer sabe muy bien.
“La actitud de los seguidores hacia los jugadores negros en Rusia es terrible, es totalmente pésima”, dijo a CNN Radnedge.
“Hay un lado interracial en ello, donde los jugadores o aficionados de países que formaron parte de la antigua Unión Soviética son atacados también”.
Con esto en mente, el impactante cambio de equipo de Eto'o al mismo equipo en el que Roberto Carlos juega, parece ser un movimiento extraño, aunque Radnedge cree que su llegada de alto perfil podría ayudar en la lucha contra el racismo.
“No hay duda que Eto'o ha ido allí por el dinero, pero las autoridades rusas son muy conscientes del trabajo que tienen que hacer sobre este tema previamente a la Copa del Mundo 2018”, dijo Radnedge.
“Ellos siempre están en conversaciones con varias organizaciones, pero no han resuelto el problema todavía a largo plazo.
“Ha habido casos recientes destacados de racismo y estoy seguro que hay muchos más que nunca se conocen, pero la llegada de Eto'o será vista como un impulso importante para la propaganda de los rusos, y creo que sólo puede ser algo bueno”.
Piara Powar, cuya organización FARE, está a la vanguardia de la lucha contra los comportamientos racistas en los campos de futbol, también cree que la transferencia de Eto'o puede tener un efecto positivo, siempre y cuando los altos mandos reconozcan la necesidad de un cambio radical en actitudes.
“Durante la última década ha habido un surgimiento de futbolistas negros jugando en Rusia, y muchos de ellos han reportado hostilidades contra ellos de una manera que los jugadores en Europa occidental hace 25 años reconocerían”, dijo Powar a CNN.
“Si las cosas van mal para su equipo, los jugadores sufren un abuso racial muy básico en forma de cantos de monos, o lanzamiento de plátanos”.
Y agregó: “Con la Copa del Mundo en el horizonte, el mundo estará pendiente de Rusia y de las autoridades rusas, porque no se puede atraer a una superestrella como Eto'o a su país, abusar de él, y esperar que las personas miren hacia otro lado cuando esto suceda.
“Por otro lado, Eto'o ha dado el paso para pasar al futbol ruso, y creo que puede actuar como un catalizador para el progreso allí”.
Con Europa del Este hospedando dos torneos importantes en los próximos siete años, se espera que organizaciones como la FARE, y Never Again logren transmitir su mensaje con éxito, por lo que la próxima generación de Ashley Youngs puedan ser apreciados por su habilidad y no ser objeto de burlas por el color de su piel.
El abuso era hostil, lleno de odio y, ciertamente, no relacionado con el futbol.
Ashley Young fue el blanco de los aficionados búlgaros no por ser un gran jugador —que ha iluminado las primeras etapas de la temporada de la Liga Premier Inglesa con el Manchester United—, sino porque es negro.
Sonidos de monos y saludos nazis parecen un retroceso a los días más oscuros en que el color de la piel determinaba el trato de una persona dentro de la sociedad.
Sin embargo, las acciones de una minoría en Sofía, la capital búlgara, a principios de este mes mostraron que, en algunos países, las actitudes que parecen fuera de lugar en el mundo multicultural actual aún son frecuentes. El entrenador alemán de Bulgaria, Lothar Matthäus, quien fue despedido desde entonces, estaba tan avergonzado por el comportamiento de los aficionados que se disculpó públicamente tras el partido.
La terrible nube del racismo parece flotar como una sombra sobre el futbol, y toda Europa del Este, pero con las finales de la Eurocopa 2012 en Polonia y Ucrania en el horizonte, una campaña para asegurarse de que tal comportamiento sea eliminado de los estadios se está acelerando.
Rafal Pankowski dirige la organización Never Again, con sede en Polonia, que trabaja en estrecha colaboración con el órgano administrativo del futbol europeo UEFA y Football Against Racism in Europe (FARE). Su objetivo colectivo es combatir el racismo en el futbol de Europa del Este, con especial énfasis en los coanfitriones del torneo del próximo año.
“Por desgracia, parece que el racismo está profundamente arraigado en la cultura del futbol, especialmente en Europa del Este”, dijo Pankowski a CNN. “Por supuesto que es un problema más amplio, que afecta a países como España e Italia, pero es un problema real en Europa del Este.
“Apreciamos las medidas e iniciativas que está tomando la UEFA, pero todavía estamos muy lejos de erradicar el problema y simplemente no es algo que pueda ser eliminado de la noche a la mañana”.
A principios de este año, Never Again publicó un informe llamado Hateful, que documenta el número de incidentes racistas en Polonia y Ucrania.
En él se detallaban 195 casos individuales de conductas racistas y discriminatorias en un período de 18 meses entre septiembre de 2009 y marzo de 2011, una cifra que pone de relieve la cantidad de trabajo que aún queda por hacer.
“Hay buena voluntad en la cima de la UEFA para tratar el tema, pero su verdadero compromiso no se traduce al nivel de las federaciones nacionales de futbol y aquí es donde más sensibilización hay que hacer”, dijo Pankowski.
“Es por eso que fue un paso positivo cuando Matthaus se pronunció sobre el comportamiento de los aficionados. A menudo, los funcionarios minimizan el problema, pretenden que no existe o lo niegan”.
Pankowski considera que, para resolver lo que él considera sobre todo un problema social, las personas deben ser conscientes de que las conductas racistas suceden.
“Monitorear los incidentes cuando se producen, y lidiar con ellos, es un gran paso adelante. Nuestro reporte mostró la magnitud del problema, pero estamos usando la Eurocopa 2012 como una oportunidad para promover la conciencia de que el racismo es malo para el futbol y malo para la sociedad en su conjunto”, dijo.
“También damos asesoramiento y formación a los clubes sobre la manera de lidiar con el tema. Les proporcionamos un CD que contiene información sobre los símbolos racistas y los educa en los comportamientos que deben advertir”.
En las últimas temporadas se han dado muchos incidentes racistas de alto perfil hacia jugadores en las últimas temporadas, y la estrella africana Samuel Eto'o ha sido atacada en varias ocasiones.
En 2006, cuando jugaba en el Barcelona, el delantero camerunés estaba tan indignado por los cánticos de los aficionados de Zaragoza que abandonó el terreno.
Luego, en 2010, mientras jugaba con el equipo italiano Inter de Milán, el juego se interrumpió durante tres minutos después de que Eto'o fuera abusado por los partidarios del Cagliari de Sicilia.
La leyenda brasileña Roberto Carlos sufrió en dos ocasiones abusos raciales este año cuando jugaba en el equipo ruso Anzhi Makhachkala; en una ocasión pidió ser sustituido, casi con lágrimas, después de recoger un plátano que le lanzaron desde las gradas.
Paul Davis, que jugó en el club inglés Arsenal durante 15 años hasta 1995, dijo a CNN que los jugadores negros de la actualidad pueden hacer una diferencia al reaccionar de tal manera.
“Los jugadores tienen ahora tanto poder, si un jugador negro sale del césped, las repercusiones serían enormes. Cambiarían el juego para mejor”, dijo el exjugador de 49 años de edad, que representó a Inglaterra en el nivel Sub-21.
“Antes, cuando yo jugaba, era inconcebible que un jugador caminará fuera de la cancha por ser insultado de manera racista por parte de los aficionados. Pero es bueno poner de relieve el problema y que la gente sepa cuán fuertes son sus opiniones al respecto. Y espero que lentamente se dará un cambio”.
El racismo parece particularmente endémico en el futbol ruso, una experiencia que Keir Radnedge de la revista World Soccer sabe muy bien.
“La actitud de los seguidores hacia los jugadores negros en Rusia es terrible, es totalmente pésima”, dijo a CNN Radnedge.
“Hay un lado interracial en ello, donde los jugadores o aficionados de países que formaron parte de la antigua Unión Soviética son atacados también”.
Con esto en mente, el impactante cambio de equipo de Eto'o al mismo equipo en el que Roberto Carlos juega, parece ser un movimiento extraño, aunque Radnedge cree que su llegada de alto perfil podría ayudar en la lucha contra el racismo.
“No hay duda que Eto'o ha ido allí por el dinero, pero las autoridades rusas son muy conscientes del trabajo que tienen que hacer sobre este tema previamente a la Copa del Mundo 2018”, dijo Radnedge.
“Ellos siempre están en conversaciones con varias organizaciones, pero no han resuelto el problema todavía a largo plazo.
“Ha habido casos recientes destacados de racismo y estoy seguro que hay muchos más que nunca se conocen, pero la llegada de Eto'o será vista como un impulso importante para la propaganda de los rusos, y creo que sólo puede ser algo bueno”.
Piara Powar, cuya organización FARE, está a la vanguardia de la lucha contra los comportamientos racistas en los campos de futbol, también cree que la transferencia de Eto'o puede tener un efecto positivo, siempre y cuando los altos mandos reconozcan la necesidad de un cambio radical en actitudes.
“Durante la última década ha habido un surgimiento de futbolistas negros jugando en Rusia, y muchos de ellos han reportado hostilidades contra ellos de una manera que los jugadores en Europa occidental hace 25 años reconocerían”, dijo Powar a CNN.
“Si las cosas van mal para su equipo, los jugadores sufren un abuso racial muy básico en forma de cantos de monos, o lanzamiento de plátanos”.
Y agregó: “Con la Copa del Mundo en el horizonte, el mundo estará pendiente de Rusia y de las autoridades rusas, porque no se puede atraer a una superestrella como Eto'o a su país, abusar de él, y esperar que las personas miren hacia otro lado cuando esto suceda.
“Por otro lado, Eto'o ha dado el paso para pasar al futbol ruso, y creo que puede actuar como un catalizador para el progreso allí”.
Con Europa del Este hospedando dos torneos importantes en los próximos siete años, se espera que organizaciones como la FARE, y Never Again logren transmitir su mensaje con éxito, por lo que la próxima generación de Ashley Youngs puedan ser apreciados por su habilidad y no ser objeto de burlas por el color de su piel.
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