José Mourinho se mostró serio en su paso por la sala de Prensa. Afirmaba estar satisfecho con el equipo pero no así con algunas cosas que había visto en la matinal del domingo en el Bernabéu. Habló de diferencias arbitrales, de un público soso, frío y del que tan sólo salva a los Ultra Sur o como él dijo: "Los que se colocan detrás de la portería". Hasta el momento, el técnico del Real Madrid había cuestionado el funcionamiento del club, el de algunos jugadores, a la Federación, a la UEFA, a los árbitros, al Barcelona, pero nunca se había atrevido con la afición. Tras la victoria ante Osasuna por 7-1 se atrevió a hacer lo que nadie había hecho hasta el momento, que no fue otra cosa que destacar el comportamiento de la grada ultra del Real Madrid. El portugués se metió en terreno peligroso, pero también es cierto que Mourinho habló de ellos y de su manera de actuar en el Bernabéu, estadio en el que no actúan desde hace muchos años. El problema que puede tener el técnico es la comparación realizada con el resto de la afición y los antecedentes del grupo radical, sin ir más lejos el sábado 30 de octubre en Anoeta.
"Quiero agradecer a los pocos que estaban detrás de la portería porque si no fuera por ellos hubiera pensado que el campo estaba vacío. Para mí lo más importante en el fútbol es quien lo compra, que es el aficionado. La gente quiere a este equipo, con todo vendido desde hace dos días. Da lo mismo la hora. No hacen falta encuestas para saber lo que quiere la gente", afirmó respecto al público y su aportación al triunfo del equipo y la adaptación a eso de jugar a las doce de la mañana.
Mourinho controla el club. Su poder está un escalón por debajo en el que está Florentino Pérez y medio del que José Ángel Sánchez ocupa. Lo deportivo es cosa suya. Valdano no era de su agrado y el presidente del Real Madrid decidió prescindir de su adjunto. Todo el poder de esa faceta es del portugués, que incluso marca el ritmo del departamento de márketing en lo relacionado con los actos publicitarios de los jugadores. Ahora, su siguiente batalla está centrada en el cambio de la grada, en lograr que la afición anime al equipo. No le falta razón al portugués cuando dice que el público del Bernabéu es frío, lo mismo sucede en el Camp Nou, pero se equivoca cuando pone como ejemplo al fondo sur del estadio madridista. Correctos o no en los últimos tiempos en el estadio madridista, no son el mejor ejemplo por su radical comportamiento en otras situaciones. Mourinho ha podido cambiar el club, pero no va a poder modificar a los seguidores blancos y su actitud en el Bernabéu. Por lo menos, nadie lo ha podido cambiar hasta el momento.
"Quiero agradecer a los pocos que estaban detrás de la portería porque si no fuera por ellos hubiera pensado que el campo estaba vacío. Para mí lo más importante en el fútbol es quien lo compra, que es el aficionado. La gente quiere a este equipo, con todo vendido desde hace dos días. Da lo mismo la hora. No hacen falta encuestas para saber lo que quiere la gente", afirmó respecto al público y su aportación al triunfo del equipo y la adaptación a eso de jugar a las doce de la mañana.
Mourinho controla el club. Su poder está un escalón por debajo en el que está Florentino Pérez y medio del que José Ángel Sánchez ocupa. Lo deportivo es cosa suya. Valdano no era de su agrado y el presidente del Real Madrid decidió prescindir de su adjunto. Todo el poder de esa faceta es del portugués, que incluso marca el ritmo del departamento de márketing en lo relacionado con los actos publicitarios de los jugadores. Ahora, su siguiente batalla está centrada en el cambio de la grada, en lograr que la afición anime al equipo. No le falta razón al portugués cuando dice que el público del Bernabéu es frío, lo mismo sucede en el Camp Nou, pero se equivoca cuando pone como ejemplo al fondo sur del estadio madridista. Correctos o no en los últimos tiempos en el estadio madridista, no son el mejor ejemplo por su radical comportamiento en otras situaciones. Mourinho ha podido cambiar el club, pero no va a poder modificar a los seguidores blancos y su actitud en el Bernabéu. Por lo menos, nadie lo ha podido cambiar hasta el momento.
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