La afición del Athletic ha afrontado con cierto recelo el desplazamiento a Nápoles por medidas de seguridad. Así, unos mil seguidores estarán en las gradas del San Paolo, cuando el club rojiblanco está acostumbrado a mayores invasiones de seguidores. No se dan las circunstancias (la fecha no es la mejor) para un desembarco como el de Manchester, cuando viajaron 8.000 aficionados, pero se esperaba algo más.
No obstante, la propia afición del Nápoles, muy caliente, ha cambiado el chip tras la muerte de su aficionado Ciro Espósito en Roma en la final de Copa por un disparo. Y la UEFA no quiere dejar cabos sin atar en esta eliminatoria. De ahí que haya aislado a los seguidores rojiblancos en una zona alta, un córner, que está protegida por una malla y separada por un espacio vacío de las gradas locales. El propio Urrutia revisó ayer in situ ese sector.
El ambiente en Nápoles es perfecto. No ha habido problemas, entre otras cosas porque las aficiones no tienen enfrentamientos previos. El estadio rozará el lleno y dicen que es un volcán cuando suena el himno de la Champions.
En el vuelo chárter destacó la presencia del exleón Koikili, acompañado de su hija y padres. También se vio al retoño de Iraizoz y a familias de otros futbolistas, como los Muniain y De Marcos. Están alojados en una zona preciosa, frente al puerto marítimo.
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