"Somos un club de un barrio pobre y trabajador, y nos toca pagar los platos rotos de otras cosas. No nos tembló el pulso para denunciar a quien correspondía" daniel ferreiro secretario de Nueva Chicago . Aesta altura, es evidente que no alcanza con los costosos operativos de seguridad. Tampoco basta la prohibición de jugar con hinchas visitantes. Nada parece ser suficiente para impedir que la violencia sea protagonista habitual en cada jornada del fútbol argentino. Este fin de semana, Mataderos volvió a ser el escenario luctuoso, con un cruce entre barrabravas de Nueva Chicago que terminó con la muerte de Federico López, de 30 años, fallecido anteanoche en el hospital Santojanni, al no recuperarse de un balazo en el abdomen que sufrió durante la gresca.
López era el herido de mayor gravedad entre los cinco baleados en el enfrentamiento que se produjo entre las facciones de Los Perales y Las Antenas, en la esquina de Andalgalá y Eugenio Garzón, a unos 600 metros del estadio República de Mataderos, una hora y media antes del partido que Nueva Chicago le ganó a Guaraní Antonio Franco por 31, por la segunda fecha de la Primera B Nacional. Sin embargo, la reaparición de la violenta interna en la barra opaca el presente deportivo del Torito, recientemente ascendido a la segunda categoría, y que se ilusiona con la posibilidad de conseguir uno de los diez puestos para subir a primera la temporada próxima.
El conflicto entre Los Perales y Las Antenas -López pertenecía a esta última facción- data de hace bastante tiempo, con una lucha por adueñarse del control de la barra. Además de las peleas por los diversos "negocios" que puedan generar ganancias para los violentos, existe también una vinculación con sectores políticos; sin la anuencia de dirigentes de ese rango, los barras no podrían moverse con tanta impunidad.
Daniel Ferreiro, secretario general del club verdinegro, admitió sentirse triste por este incidente que vuelve a poner a Nueva Chicago en la mira de la seguridad. "Lo vivo con incertidumbre. El día del partido estuve desde muy temprano en el estadio, y en la cancha no pasó nada. Es más: todos los sectores de la barra estaban dentro de la cancha. Si las versiones sobre lo que pasó son correctas, el hecho se circunscribe a gente que no tenía permitido el ingreso en la cancha", expresó el dirigente a la nacion.
Ferreiro defiende la gestión de la dirigencia, pero sobre todo a Chicago, un club muchas veces vinculado con graves incidentes y con severos antecedentes. "Creo que somos chivos expiatorios. Somos un club de un barrio pobre y trabajador, y nos toca pagar los platos rotos de otras cosas. Estamos en una trinchera social. Nuestro club está en un barrio con un solo secundario público. Es una situación compleja. En cierto modo está bien que estos hechos trasciendan, pero nuestro club sufrió inmensas injusticias. Nosotros somos un dique de contención social en el sur de la ciudad, donde el Estado no llega, y el club, sí."
"Somos una dirigencia que se hizo cargo del club una crisis terminal, planteamos el derecho de admisión en una fiscalía y lo hemos practicado a 48 personas; acompañamos denuncias penales y contravencionales, y hay doce personas impedidas de ser socios del club. Trabajamos socialmente para que no haya violentos dentro de nuestra institución. No nos tembló el pulso para denunciar a quien correspondía. La verdad, no podemos hacer más de lo que hicimos", amplió el dirigente.
El antecedente más reciente de incidentes vinculados con Chicago había sido en enero de 2012, cuando Agustín Rodríguez, integrante de Los Perales, fue asesinado a golpes; horas después, sus compañeros de la barra buscaron vengarse y destrozaron instalaciones del hospital Santojanni, donde estaba internado un herido de la facción rival. El episodio derivó en la salida del presidente Fusca, que había asumido poco antes, con Ferreiro como secretario. "En ese momento, la decisión que tomamos fue denunciar a todos los violentos. Seguimos todas las pautas que nos dio el Ministerio de Seguridad; durante varios meses identificamos a todos nuestros hinchas y sólo podían ingresar los socios. Durante dos años no hemos tenido ningún problema. Nueva Chicago no es violento. Ahora, si alguien, a cuatro cuadras del estadio, saca un revólver y empieza a los tiros, y si se confirma que es la misma persona que copó un hospital, lo que hay que preguntarse es por qué está libre. Y eso ¿lo tengo que responder yo, que soy un zapatero, o los jueces? Me encantaría que los jueces den alguna respuesta. A mí me consta que la policía metió presos a varios violentos, pero entran por una puerta y salen por la otra."
Entre las posibles razones del incidente podrían estar las próximas elecciones en el club, cuestiones políticas o simplemente un tema de dinero, a causa del aumento en los ingresos que podrían llegar si Chicago asciende. Aunque la dirigencia insiste en que los recursos son destinados a sacar al club de la convocatoria de acreedores. Respecto de las elecciones, el oficialismo no decidió si buscará la reelección. "Vamos a definir en septiembre si nos presentamos; si lo hacemos, suponemos que el hincha va a ratificar el rumbo que tomamos", dice Ferreiro. Por la oposición se postula Roberto Vila, ex secretario del club y actual subsecretario de Gestión Administrativa de la ciudad de Buenos Aires.
Dentro de dos semanas, Chicago recibirá a Argentinos Juniors, que quizá desembarque con Juan Román Riquelme. Será un partido con alta exposición para los de Mataderos, y un examen para saber si el último incidente fue un hecho aislado, como sugiere la dirigencia, o forma parte de otro capítulo en una trama de internas que ya afectó a varios clubes, en un espiral de violencia que, este fin de semana, se cobró otra víctima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario