El partido entre el Lech Poznan, de Polonia, y el Belenenses, de Portugal, tuvo un mensaje claro respecto de la situación que se vive actualmente en el Viejo Continente con los miles de migrantes.
La UEFA informó que donaría a los refugiados un euro por cada entrada vendida en todos los partidos del inicio de la competencia. Y los hinchas del Lech Poznan, en desacuerdo con la medida, boicotearon el debut de su equipo que jugó, este jueves, casi a puertas cerradas.
“Los ultras”, el grupo organizado, habían anticipado lo que podía suceder en el último encuentro como local por la liga polaca.
"Esto es simple para nosotros. No queremos refugiados en Polonia", indicaba una de las banderas que desplegaron en esa oportunidad. Y en la primera jornada de Europa League hubo otro trapo en el ingreso al estadio con la frase: "Paren la islamización". Uno de los argumentos de su postura, que se replica en gran parte de ese país.
Más allá de la situación actual, estas expresiones podrían dejar un daño al club. Es que la máxima entidad de fútbol europeo no permite manifestaciones políticas y el Barcelona fue sancionado recientemente por sus repetidas expresiones sobre la independencia de Cataluña, por lo que habrá que esperar la determinación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario