La Federación de Peñas del Leganés ha emitido un comunicado mostrando su malestar por el trato que recibió la afición pepinera en su desplazamiento organizado a Sevilla del pasado miércoles para asistir a la vuelta de semifinales de la Copa del Rey. Los seis buses gratuitos que fletó el club con unos 300 a hinchas a bordo fueron retenidos durante una hora en un centro comercial ante el riesgo de que los vehículos y sus ocupantes fueran atacados por los radicales hispalenses.
Los madrileños creen que, en lugar de castigar y vigilar a los violentos, se prefirió perjudicar a los pacíficos quitándoles, con esta medida, la posibilidad de disfrutar de un desplazamiento histórico para el Lega y los suyos.
Este es el texto íntegro de la Federación de Peñas:
"Lamentamos mucho cómo se desarrolló la llegada a Sevilla y el 'destierro' que sufrieron los aficionados pepineros en un polígono industrial, hechos totalmente ajenos a la Federación de Peñas. La planificación del viaje con los Coordinadores de Seguridad de ambos equipos no fue programada así. Hemos levantado queja ante LaLiga a través de la AFEPE [Aficiones Unidas], asunto que se tratará con CNP [Cuerpo Nacional de Policía], LaLiga y AFEPE en el próximo seminario de seguridad".
A falta de unos 15 kilómetros para llegar a Sevilla, y sin que hubiera habido comunicación previa alguna, unos siete furgones blindados de la Policía esperaban a los seis buses de hinchas del Leganés en una salida cercana a la capital hispalense. Les ordenaron que les siguieran y les escoltaron hasta el centro comercial Sevilla Outlet Fashion, para retenerles allí, según la versión de la Policía a estos aficionados del Lega, por su propia seguridad. Los radicales hispalenses estaban generando situaciones de tensión en la ciudad y las fuerzas del orden temían que los buses fueran atacados o que incluso los propios hinchas del Lega tuvieran algún percance
En el partido de ida los radicales del Sevilla provocaron disturbios en el interior de Butarque al acceder con bengalas y lanzar petardos lumínicos al recinto. Algunos de estos ultras compraron entradas en ubicaciones distintas a la del sector visitante, pero acabaron en los asientos anexos forzando, para ello, la salida de abonados del Leganés de sus localidades habituales.
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