Los aficionados del Real Madrid están viviendo días muy complicados. Tras la clasificación del equipo para la final de la Champions después de eliminar al Bayern en un partido agónico, los hinchas blancos comenzaron a planificar el viaje a Kiev. Ciudad lejana y con un gran número de problemas logísticos.
Los vuelos charter que diferentes peñas están ofertando rondan los 1.000 euros, pero el verdadero problema lo están sufriendo los aficionados previsores, que confiaron en el equipo hace varios meses y reservaros sus apartamentos y habitaciones a un precio mucho inferior que el actual. Estos madridistas están viendo como en los últimos días sus reservas están siendo canceladas sin causa justificada y de forma unilateral.
Los particulares y profesionales que gestionan los apartamentos y los hoteles en la capital ucraniana están cancelando las reservas para volver a ofertar sus alojamientos a un precio mucho más elevado. Desorbitado. Esta lamentable forma de actuar por parte de los habitantes de Kiev está causando grandes contratiempos a los seguidores madridistas. Muchos de ellos ya tenían avión y alojamiento, pero ahora se encuentran con la imposibilidad de poder dormir en la sede de la final si no pagan más de mil euros por noche.
El principal problema, una vez más, es que la designación de la UEFA de dejar a una ciudad como Kiev organizar una final de estas características ha provocado que muchos ciudadanos locales quieran hacer su particular agosto a costa de los aficionados españoles e ingleses. Hay aficionados madridistas que ya han visto como les cancelan hasta cuatro alojamientos.
Los rusos controlan los apartamentos
La gran mayoría de los apartamentos de Kiev que pertenecen a particulares están siendo gestionados por ciudadanos rusos con un gran número de viviendas. Grandes fortunas del país vecino que se han hecho con residencias de ucranianos a un precio muy asequible y que con la celebración de la final de la Champions están tratando de sacar un rendimiento tan elevado como miserable por sus malas artes.
La capacidad hotelera en Kiev, aunque ha mejorado desde la celebración de la Eurocopa de 2012, sigue siendo deficitaria para albergar un evento de estas características, por ello los apartamentos alquilados por paginas web como Airbnb son los más socorridos, y esos suelen ser de particulares.
Además, a todos estas dificultades hay que añadirle que Kiev es una ciudad sin periferia. Es decir, salir de la capital ucraniana una vez finalizado el encuentro se antoja muy complicado. Los aficionados madridistas ya sufrieron algo parecido en Lisboa en 2014, pero la cantidad de pueblos que rodean a la ciudad lusa y la cercanía de Extremadura y otras localidades del territorio nacional, facilitaron la noche a todos aquellos que no quisieron regresar a Madrid tras el encuentro.
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