El fútbol portugués no enmienda los vergonzosos sucesos racistas ocurridos el pasado mes de febrero en el partido entre Vitoria Guinaraes y el Oporto contra Moussa Marega. O al menos eso es lo que opina el jugador.
Pese a que todos los incidentes de aquella noche le costaron casi 18.000 euros de multas a los locales, la sanción correspondiente a los insultos contra el jugador se queda en unos irrisorios 714 euros. 4.017 por artefactos pirotécnicos, 3.392 por el uso de antorchas, 2.678 por el lanzamiento de estas a ultras de ambos equipos y 7.140 por tirar sillas al terreno de juego.
Esta indignación fue expresada de primera mano por la propia víctima en su cuenta de Instagram, donde compartía la noticia con un sarcástico mensaje. "¡No! ¡Es mucho! ¿Puedo pagar por ellos?", comentaba el jugador.
Pese a que la decisión de el jugador de abandonar el campo es la que muchos reclaman y parecía que esta marcaría un punto de inflexión, la liga portuguesa ha frenado el ímpetu de los que celebraron la rebeldía de Marega. La multa impuesta al club no parece ser suficiente para que se tenga en cuenta la seriedad de las sanciones por insultos racistas.
Recientemente, el jugador español Iñaki Williams salió reclamando más acciones contra el racismo y anunció que sus compañeros no dudarán en abandonar el campo con él la próxima vez que sufra abusos raciales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario