"No vuelvo a ir, nunca había sentido tanto miedo viajando con Osasuna”. Una socia rojilla denuncia el mal trago que tuvo que pasar un grupo de aficionados desde las horas previas al partido disputado el sábado contra el Atlético de Madrid. Los ultras les acorralaron en un bar de las inmediaciones y sintieron pánico. Por suerte el episodio no pasó a mayores.
Todo comenzó al mediodía. “Aparcamos el coche junto al Wanda Metropolitano y fuimos a buscar un sitio para comer”, cuenta esta seguidora de Osasuna. No llevaba ni bufanda ni camiseta rojilla. Encontraron una zona de bares muy cerca del estadio. Pronto vieron a un grupo de hinchas del Atlético y decidieron caminar hacia otro lado. “¡Son de fuera!”, escucharon al acercarse a otro local, por lo que cambiaron de nuevo de rumbo.
Se sentaron a comer en un bar donde había unos 30 rojillos más. “Pasaban grupos del Atlético y se nos quedaban mirando”. Nada importante hasta ese momento. Llegaba la hora del partido, eran las cinco de la tarde, y comenzaron a cantar algunas canciones de ánimo a Osasuna. No se atisbaba peligro alguno, pero con el paso del tiempo notaron la presencia de ultras del Frente Atlético en las proximidades, repartidos en grupos por la zona.
"NOS SEGUÍAN POR LAS MESAS"
La señal de alerta se empezó a encender. Ya era la hora de ir hacia el estadio y el grupo de osasunistas se puso de pie en la terraza. La relativa calma cambió a estado de shock. No era para menos. “Aparecieron tres o cuatro ultras, se pusieron con las manos en los bolsillos y nos intimidaron. Nos movíamos y nos seguían por las mesas”, cuenta con incredulidad. “He viajado a muchos sitios, pero no te llegan a asustar de esa manera”, añade. Eran personas de unos 40-50 años y corpulentas. Un episodio tan surrealista como aterrador a la vista del historial del grupo ultra. El asesinato de Aitor Zabaleta, seguidor de la Real Sociedad, y el caso ‘Jimmy’, del Deportivo, como muestra de la violencia con la que actúan.
El silencio se apoderó de la situación. Nadie decía nada. Como si estuvieran esperando una reacción para desencadenar lo que buscaban. “Nos acercamos a unos sanitarios del SUMMA para contarles que necesitábamos ayuda. Nos respondieron que había un cuartel de la Policía Municipal cerca. Decidimos llamar a la Guardia Civil. No sabíamos qué hacer. Cuando se acercaba ya la Policía Nacional se fueron todos los ultras”.
Un coordinador policial tomó nota de lo sucedido. “Ya los conocían. Les dijimos que queríamos ir al campo pero sin pasar por su bar. Seguían estando cerca. En vez de acompañarnos junto al grupo nos esperaban al lado del estadio. Nos dimos cuenta que tres de los ultras venían con nosotros camuflados. Nos percatamos enseguida y desaparecieron”. Echaron en falta mayor apoyo policial, cuando en otros desplazamientos su presencia es habitual por norma.
Esta aficionada había comprado las entradas en el sector ubicado junto al visitante. Pidieron sentarse o al menos salir con el resto de aficionados de Osasuna para tener seguridad. No lo lograron y, eso sí, vivieron el partido con normalidad con el miedo aún en el cuerpo. “Al pitar el final el árbitro nos fuimos rápido con el resto de la marabunta del Atlético”, relata esta aficionada que fue a disfrutar del fútbol y regresó con la convicción de que no volverá a ese lugar.
El club recaba datos sobre el trato policial
Desde el sábado por la noche, Osasuna está recabando información ante las denuncias que han mostrado aficionados rojillos sobre el trato policial. El director de seguridad del club es el encargado de recabar los datos atendiendo, además del informe policial y de la versión de las fuerzas de seguridad, a los mensajes difundidos en las redes sociales.
Dos seguidores reflejaron que durante el encuentro fueron expulsados del estadio, ambos a porrazos, “por el ridículo motivo de animar en primera fila de la zona visitante a mi equipo”. “Nos han echado del Wanda y no podemos hacer nada”, añadían. “Ha sido una escena odiosa”, le respondía otro seguidor. “Y lo digo como aficionado que estaba detrás tuyo”.
Asimismo, otros hinchas de Osasuna afirman haber sido “insultados y provocados” por los agentes policiales y por radicales del Atlético de Madrid. “Bastante enfadada y triste con el resultado, pero poco se habla del mal trato tanto en el estadio como fuera. Somos personas normales que vienen a animar a su equipo”, manifestaba una aficionada. “Penoso el trato en el Wanda”, ratificaba otra rojilla.
TRES CENTENARES
Unos 300 osasunistas estuvieron presentes en el Metropolitano. Se colocaron en la zona visitante situada en una de las esquinas del estadio y que está cerrada en el campo de visión por una amplia red, con el objetivo que nadie lance objetos. Los empleados de seguridad no permitieron que se tocara esa malla.
Más allá de lo reflejado, durante el partido no se produjeron cánticos colectivos del estadio contra Osasuna. Tampoco hubo problemas en la llegada del autobús del equipo al recinto, donde esperaban rojillos.
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