El presidente del Cádiz CF debutó este lunes en el Ateneo Gaditano. Manuel Vizcaíno acudía a esta institución para informar personalmente de su proyecto al medio centenar de aficionados gaditanos que se citaron en el 20 de la calle Ancha.
El dirigente sevillano, tras definirse como "vendedor de vocación" y recordar la línea de ruta de su propósito en la entidad de Carranza, atendía a todas las preguntas de los presentes.
El momento deportivo le sonríe tras las turbulencias de hace un mes que le costaron el puesto a Antonio Calderón, y en lo económico el cumplimiento de lo pactado impide que los problemas de pago copen la actualidad informativo. Por ello, Vizcaíno resolvía con evidente comodidad todas las cuestiones en un ambiente serio pero distendido.
El presidente confiesa que "el Cádiz es un barco complicado de llevar. Un club de Segunda B con un entorno de Primera División, que a veces asfixia pero me gusta porque en cuanto explote será increíble". Y pese a todo, "siempre he hablado de quedar primero de grupo. No he titubeado, y ahora que estamos a punto de conseguirlo parece más fácil, pero también lo decía cuando íbamos el 12".
A partir de entonces repasó numerosos temas. Por ejemplo el de la cantera. Pese a que la puerta al primer equipo sigue tapiada, Vizcaíno se siente tremendamente orgulloso de la calidad de las categorías inferiores. "El talento del Cádiz debe quedar en Cádiz. Es una obsesión para nosotros. Rejuvenecimos al Cádiz B, de forma incluso temeraria, y se nos criticó por ello. Es el más joven de la historia, y aún se rejuvenecerá más, porque para que un futbolista explote debe jugar".
Incluso se mojó en temas candentes como las medidas que están planteando diversos clubes para acabar con la violencia en el fútbol. En el Sevilla la gestión de Del Nido chocó con los Biris, y Vizcaíno apunta que son situaciones distintas. "Nuestra gestión en el Sevilla fue muy clara: Violentos no, Biris sí. En Cádiz tenemos un grupo que se autodenomina ultra, pero que anima y no molesta a nadie. Brigadas Amarillas no tiene conductas violentas. El problema es cuando golfos y depravados se meten en estos grupos de animación para conseguir objetivos personales y políticos. Eso no se va a permitir, pero en Cádiz no hemos tenido problemas".
En el apartado financiero, destaca que la situación es muy comprometida, pero "tenemos previsto como vamos a salir de aquí. Hay que ser imaginativos. Este año el Cádiz no va a dar pérdidas. Hemos cerrado el convenio de concurso de acreedores, por lo que le hemos quitado el cartel de 'Se liquida'. Nuestro éxito ha sido llegar, pagar y estar al día. Si algún acreedor se ha opuesto, ya no me acuerdo de él. No hay acuerdo todavía, pero no pedimos nada especial a Haciendo así que se llegará".
Por supuesto, comentó que "Antonio Muñoz tiene mi máximo respeto, pero no está en el proyecto", y agradeció explícitamente el 'apoyo' de la Familia Pina. "Sin ellos no estaría yo aquí. No porque Quique sea el dueño del Cádiz, que es mentira, sino porque da los consejos necesarios para que esto salga bien".
En lo deportivo, además de la caza del líder UCAM Murcia, la atención se centra en el mercado de invierno. ¿Habrá refuerzos? "El fútbol cambia de una semana a otra. No aparentamos nerviosismo cuando ganamos o perdemos. Nosotros escucharemos al entrenador y veremos la evolución de la plantilla. De momento, el equipo está jugando bien y ganando partidos".
Señala que "la relación del Cádiz con los árbitros es magnífica. Yo nunca he visto que un árbitro robe un partido. Siempre pitan lo que ven, y además está pasando eso con el Cádiz".
También se refirió a pequeños detalles. Curiosamente la primera pregunta fue por el funcionamiento de los marcadores. "Están ya en reparación y espero que en enero estén disponibles (quería que fuera en septiembre). Han tenido que llevar los componentes Bélgica y ha sido más costoso de lo que pensamos. Hemos dado con la tecla y parece que lo tendremos el año que viene".
También informó de su idea de llevar al Cádiz a los colegios. "Quiero que David Almorza se ponga las pilas (decía en tono jocoso) porque próximo año tenemos que ir a visitar los colegios de Cádiz al menos una vez a la semana o cada dos semanas. Porque los niños tienen que ser del Cádiz".
En un ejercicio mayúsculo de conciliación, se quiso quitar el cartel de salvador. "El Cádiz lo hubieran salvado sus aficionados, quizás más tarde, pero seguramente no lo hubieran dejado morir". Y quiere ser eterno en Cádiz. "Nunca podía soñar con el puesto más importante que tendré en mi vida, y es ser presidente del Cádiz. Tenía otras posibilidades, pero el Cádiz era prioritaria, y aseguro que jamás seré presidente de otro club que no sea éste. Ojalá sean 50 años".
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