«Los partidos de fútbol eran una excusa para agredir y lesionar a otros aficionados», así de claro habla el auto del juez Fermín Otamendi, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona, sobre la detención el pasado lunes de varios de los miembros del colectivo de aficionados 'ultras' de Indar Gorri, afines al Club Atlético Osasuna. A todos ellos, ya puestos en libertad después de declarar, se les atribuye un delito de «pertenencia a banda criminal», por su supuesta participación en peleas violentas con otras aficiones radicales. El magistrado recalca que la investigación no se dirige contra Indar Gorri, que siempre ha tenido una tensa y difícil relación con las Fuerzas del Orden, sino «contra personas concretas que incluso se aprovecharon económicamente de este colectivo para sus acciones violentas».
De todas formas, no es la primera vez que este grupo de animación, fundado en 1987, se mete en problemas con la ley. Sin ir más lejos, en septiembre del pasado año estuvieron involucrados en unos desagradables incidentes con aficionados del Racing de Santander en Tafalla, justo antes de un partido en la cancha de la Peña Sport. En esa ocasión, y según relatan los allí presentes, aparecieron sin previo aviso «con armas punzantes», bates de béisbol, palas de frontón y hasta cuchillos, «de no haber sido por la presencia de la Policía podríamos estar lamentando alguna que otra muerte» explicaba uno de los testigos. De hecho, no una, ni dos, ni tres han sido las veces que este grupo radical navarro ha sido relacionado también incluso con ETA y con la «apología del terrorismo», algo que ellos han negado y rechazado con rotundidad en diversas ocasiones.
Pero, ¿quiénes son estos 'hooligans' que siempre dan tanto que hablar? De carácter volcánico e ímpetu irrefrenable, este grupo radical de animación del C. A. Osasuna siempre se ha caracterizado, desde su fundación hace ahora casi 30 años, por su carácter antifascista, su identidad abertzale y por tener una marcada ideología de izquierdas. Los aproximadamente 300 miembros que componen este colectivo han dado color y han calentado las gradas de El Sadar siempre que han podido, convirtiendo el estadio pamplonés en una de las mayores calderas que ha conocido la Liga en los últimos tiempos, y si no, que se lo digan al Real Madrid, uno de los equipos que históricamente más sufre en este ambiente tan hostil, junto al Real Zaragoza y al extinto Logroñés, entre otros.
Situados en el fondo sur de El Sadar y con sede en la calle Río Ega de Pamplona, Indar Gorri presume de tener conciencia socio-política: «Si en el bar, en el curro o en la universidad tenemos unas ideas, en el campo tiene que ser igual. Los campos de fútbol son un escaparate mediático para nuestras reivindicaciones, Indar Gorri sin conciencia política no tiene sentido». Esto es lo que comentaba uno de sus integrantes en una entrevista concedida al blog 'La Banda Izquierda' en el año 2010. Su lucha a favor del pueblo palestino, sus proclamas en contra del racismo y el fascismo, y su anhelo de la «construcción nacional de Euskal Herria, comenzando con una base social y de izquierdas» contrastan, de forma impactante, con la actitud salvaje e irracional de la que han hecho gala en la multitud de reyertas en las que han participado, ganándose así las fobias y antipatías de buena parte de la masa social del Osasuna.
'El niño del Plus' les apoya
José García (1997, Pamplona) es, con total certeza, uno de los jugadores más admirados y respetados por Indar Gorri. El menudo centrocampista rojillo (1,69 m), un ferviente y fiel seguidor del Osasuna, se hizo famoso con apenas 7 años gracias a uno de los vídeos más populares del emblemático programa El Día Después. Tras haber cumplido su sueño de debutar en la Liga con solo 16 años y convertirse de esta forma en el debutante más precoz de la historia rojilla, José nunca ha dudado en ocultar su amor por este colectivo de aficionados. Por ese motivo, tras los arrestos de este lunes y las consecuencias que ello va a acarrear, esto es lo que tuiteó momentos después de la noticia
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