El Marsella es 11º y por puestos está lejos de su objetivo de clasificarse para Europa el próximo año. La temporada está siendo muy extraña. Los de Míchel son incapaces de ganar en casa en liga desde hace cinco meses y tienen muchos menos problemas a domicilio. Por eso, ahora mismo pueden soñar con una clasificación para la Champions (a cinco puntos) pero al mismo tiempo son víctimas de un pobre nivel de juego que ha hecho que el técnico español sea muy cuestionado.
Así, según Foot Mercato, varios de sus jugadores le habrían dicho a la cara que su planteamiento táctico frente al Saint-Etienne (1-1) el pasado fin de semana no era el esperado. Sus pupilos le culpan por ejemplo de jugar con extremos a pie cambiado privando así al delantero centro, Fletcher, de mejores balones al área.
Lo peor de todo, sin embargo, es que algunos seguidores empiezan a estar muy molestos y ya se lo han hecho saber. La radio RTL afirmó que varios de ellos zarandearon y dieron patadas a su coche después del partido contra el Saint-Etienne. Sin embargo, a pesar de esta tensa situación, Míchel confía en sí mismo. “No me siento amenazado. Pienso en hacer mi trabajo. El entrenador no es lo importante; lo importante son los jugadores”.
La temporada del Marsella es de lo más extraña. Ahora mismo está a cinco puntos de Europa, pero la diferencia entre sus actuaciones como local y visitante es abismal. En el Velodrome es el 18º clasificado con sólo 14 puntos logrados; por contra, fuera de él es el 3º con 22 conquistados. Dos caras bien distintas que muestran su irregularidad.
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