Hinchas de Estudiantes se movilizaron para pedir la libertad de los detenidos. Colucci, que sería el autor intelectual de la masacre, es empleado del Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia
En el Corsa blanco secuestrado en la casa de Leandro Colucci, uno de los dos aprehendidos por el triple crimen de los policías, había sangre humana. Los peritos hallaron los rastros en las teclas de las luces, en el piso del asiento trasero y en la alfombra del baúl de este vehículo, que, según fuentes judiciales, habría sido usado por los asesinos. El otro aprehendido es Gustavo Gabriel Mastrovito, miembro de la hinchada de Estudiantes de La Plata. Hay, además, otros tres sospechosos identificados que hasta anoche continuaban en libertad. Al cierre de esta edición tampoco habían sido convalidadas las detenciones de los dos aprehendidos, por lo que no podían ser indagados. Afuera había unos 40 miembros de la hinchada de Estudiantes, con dos bombos y dos banderas con la palabra Justicia. Decían que sus amigos Colucci y Matrovito sólo son dos hinchas que van a la cancha. Colucci, que sería el autor intelectual de la masacre, es empleado del Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia. Al parecer, había sido el novio, durante siete años, de una mujer llamada Noelia, de 25 años, rubia y muy atractiva, que trabaja en el Ministerio de Seguridad, en el área de Comunicaciones, donde se desempeñaba una de las víctimas, el oficial Alejandro Vatalaro, de 27 años. La mujer, que es policía, y Vatalaro se conocieron en la Escuela de Oficiales y empezaron a salir. Noelia egresó un año antes que Vatalaro del mencionado instituto. Esto habría provocado la ira de Colucci. La mujer de la discordia aportó una serie de mensajes de texto y de voz que, según las fuentes, complicaron a su ex novio. Uno de estos mensajes decía: "Viste lo que le pasó a tu amiguito". Ayer también se ventiló el contenido de otro de los mensajes de voz: "Primero fue Cachorro, ahora están velando a Ale, y la próxima serás vos". "Cachorro" sería otro policía que habría sido novio de la mujer y al que asesinaron de un tiro en la boca. Ahora, las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larroca intentarán establecer si hay conexiones en los dos casos. Cuando Noelia declaró ante las fiscales, se ordenó que fuera intervenido el teléfono de Colucci. El hombre no fue más a trabajar ni se mostró en los lugares que solía frecuentar. Colucci, contaron compañeros de oficina, habría usado las dependencias del Estado para hacer negocios con un prestamista de la ciudad. Colucci es hincha de Estudiantes; sus allegados sostienen que no es barrabrava. Pero los conoce bien. Según los investigadores, habría contratado a cuatro miembros de la hinchada para que lo ayudaran a concretar el homicidio. Mastrovito también fue aprehendido anteanoche. Vive en el barrio Las Quintas, mide casi un metro noventa y pesa 150 kilos. Este hombre y su hermano "movilizan gente" en los actos de un diputado provincial. Herida en una mano Mastrovito tenía una herida en una mano. Antes de morir de 14 puñaladas y tres tiros, una de las víctimas, el sargento Pedro Díaz, de 45 años, disparó su pistola 9 mm contra los criminales. Los investigadores creen que Díaz alcanzó a herir a Mastrovito y que éste condujo el Corsa en la huida, donde habría dejado rastros. Andrea, esposa de este sospechoso, dijo : "La herida que tiene es de un revólver 22, de cuando lo quisieron asaltar, el domingo". Otro de los sospechosos es Fabián Gianotta, un ex policía exonerado en 1997, que tiene un BMW amarillo y está sindicado como el supuesto jefe de la hinchada de Estudiantes. Cuando los investigadores llegaron a su casa, Gianotta les habría dicho a los policías: "Los estaba esperando. Fernando me avisó que iban a venir". "Fernando" sería el abogado Fernando Burlando, que defendió a "los horneros", los delincuentes y barrabravas condenados por el crimen de José Luis Cabezas. Las fiscales entendieron que las pruebas encontradas en la casa de Gianotta no eran suficientes para pedir la detención y quedó libre. Los otros dos sospechosos son de Ensenada, hinchas de Cambaceres y amigos de la barra de Estudiantes. Uno de los sospechosos habría sido identificado como Javier Uriarte Rigau y el otro sería Gabriel Ebret, conocido como "el Gordo Pilín". Fuentes del gobierno provincial informaron que estas personas podrían estar relacionadas con el enfrentamiento sindical ocurrido el 17 de octubre de 2006, cuando los restos de Juan Domingo Perón fueron trasladados a la Quinta San Vicente. Lo que aún no queda claro es por qué si fue un crimen pasional mataron a los tres policías. Las fuentes tienen dos hipótesis: 1) que hubo un móvil múltiple, aunque hasta ahora sólo se conoce la fracción pasional, y 2) que a Díaz y a Torres Barbosa los mataron sólo para disimular.
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